lunes, 29 ago 2011 10:10:28 CEST
Decir "NO" a los cuidados 2
Hablamos mucho de la necesaria preparación para los cuidados previa a adoptar inicialmente el rol en cuidadores o cuando advenimos que pronto llegara ese momento.
Durante esa preparación, pueden surgir muchas cuestiones y dudas en cada uno de nosotros:
cuidar puede ser una tarea que se prolongue durante años
- los cambios que voy a experimentar en mi vida cotidiana son dramáticos y profundos
existe un riesgo de que algunos aspectos importantes de mi vida y de la de mi familia empeoren
si asumo el rol de cuidador, deberé sumar a la carga de los cuidados un sobreesfuerzo para cuidarme a mi mismo
La aparición de este tipo de preguntas tiene todo el sentido considerando la trascendencia y el alcance de la tarea de cuidar. Es cierto que aplicando una adecuada estrategia de autocuidado, las consecuencias negativas de cuidar se minimizan enormemente. Pero no es menos cierto que aplicar estrategias de autocuidado efectivas es la tarea mas difícil de todo contexto de cuidados.
Debido a este sobreesfuerzo necesario para cuidarse a sí mismo -por su fuese poco ya el esfuerzo que requiere cuidar-, las motivaciones a decir "no" pueden pivotar sobre esta cuestión: cuidarse a uno mismo mediante la evitación de las dificultades para hacer eso mismo: cuidarse. Se trata de evitar los riesgos de malestar cotidiano y enfermedad. Llanamente, se trata de prevenir.
Anticipar el posible escenario en el que nos desenvolveremos como cuidadores implica no sólo conocer los riesgos a los que nos expondremos. Implica también anticipar el que la satisfaccion que ofrece cuidar a un familiar -tal cual es ello expresado por la mayoría de cuidadores- es y puede ser una de las experiencias mas valiosas de toda su vida.
Quizás este Portal, en su afán por apoyar a las cuidadoras y cuidadores y tratar en mayor detalle el afrontamiento, abordaje y solución de los problemas del cuidar tenga culpa en reforzar la imagen negativa de los cuidados y no hacer lo propio con la dimensión positiva que acabamos de citar. Ambos aspectos son igual de importantes y trascendentes y el valor de uno no debe prevalecer sobre otro ante, por ejemplo, evaluar nuestro contexto de cuidados.
Volviendo al inicio de la anterior entrada: poder escoger es sustancialmente diferente de el que se nos sea impuesto el rol del cuidador. Pero es importante destacar que, aún en ambos casos, existe la posibilidad de convertirnos en cuidadores reduciendo el riesgo de exposición a problemas y facilitando que sea esta experiencia que debe ser. Y esa cuestión pasa por no ser una cuidadora o cuidador único. Ser el cuidador principal no debería implicar esta elevada exposición a los riesgos, problemas y dificultades. Ser cuidador único nos expone a ello sin alternativa.
Creemos que esta es una de las claves de este asunto, y sobre este ultimo aspecto hablaremos próximamente.