Seis miembros del personal del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) fueron acribillados y asesinados el pasado 8 de febrero en el norte de Afganistán. Dos miembros del personal siguen desaparecidos.
 
El equipo, compuesto por tres conductores y 5 delegados de terreno, estaba en camino para entregar ayuda humanitaria básica una zona al sur de la ciudad de Shibergan, en la provincia de Jawzan. El convoy fue atacado por hombres armados desconocidos.
 
“Este es un acto despreciable. Nada puede justificar el asesinato de nuestros colegas y queridos amigos”, dijo la responsable de la delegación del CICR en Afganistán, Monica Zanarelli. “En este momento es prematuro determinar el impacto de este espantoso incidente en nuestras operaciones en Afganistán. Queremos mantenernos como un equipo y apoyarnos mutuamente para tratar de asimilar este acto incomprensible y encontrar a nuestros dos colegas desaparecidos”, dijo Zanarelli.
 
“Condenamos en los términos más enérgicos lo que parece ser un ataque deliberado contra nuestro personal. Es una gran tragedia. Estamos en estado de shock”, dijo el presidente del CICR, Peter Maurer.
 
“Estos miembros del personal simplemente estaban haciendo su deber, desinteresadamente tratando de ayudar y apoyar a la comunidad local. Nuestro pensamiento está con las familias y seres queridos de nuestros colegas muertos y de los desaparecidos”, dijo Maurer.