Marisol y Amparo llevan el ropero y el programa de alimentos.
Marisol Saiz: "A medida que pasa el tiempo, tengo más ilusión por la labor que desempeño".
¿Qué labores has desempeñado en Cruz Roja?
Comencé haciendo visitas en el hospital de ancianos de Castro Urdiales. Más adelante hice voluntariado en el proyecto de teleasistencia domiciliara, y actualmente me encargo junto con otra compañera del ropero y el programa de alimentos, que empezó en mayo de este año.
¿Desde cuándo funciona el ropero? ¿Cuál es tu labor allí?
El ropero funciona desde hace tres años. Mi labor es recoger la ropa de segunda mano que dona la gente, clasificarla, atender a las personas necesitadas que vienen a solicitar ropa, seleccionar la ropa adecuada y entregarla.
¿Qué te aporta el voluntariado?
Me aporta todo. Dedico muchas horas al voluntariado y la verdad que es muy gratificante. Recibo muchísimo cariño y gratitud por parte de las familias o personas individuales a las que ayudamos, y eso te llena muchísimo y te hacer ser mejor persona.
¿Cómo animarías a otras personas a hacerse voluntarias?
Es difícil. Viene mucha gente, pero muy poca se queda. Yo les diría, y les digo siempre, que se acerquen a Cruz Roja y prueben a hacer labores por los demás. Cuando sientan la gratitud, el cariño y todo lo que te da el voluntariado, se quedarán. Además, cuando llevas un tiempo, y conoces bien tu labor y el entorno en el que te mueves, cada día vas con más ilusión. A mí me pasa que, a medida que pasa el tiempo, tengo más ilusión por la labor que desempeño. Merece la pena intentarlo.
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