Boletín digital - Nº 52 27 de julio de 2010   digital.cruzroja@cruzroja.es   
 
ENTREVISTA CON ALFONSO MURO GARCÍA.
Voluntario del Programa de Paliativos de Cruz Roja Española en Almería.

Alfonso Muro, voluntario por y para los enfermos terminales
Alfonso Muro, voluntario por y para los enfermos terminales

 
BREVE PERFIL
 
Bombero del Aeropuerto de Almería, 52 años y voluntario por vocación, como no podía ser de otra manera. Alfonso lleva ya una larga trayectoria colaborando con distintas asociaciones y entidades como las Asociaciones de Padres y Madres en Colegios de Enseñanza Primaria y Secundaria y, ahora, en Cruz Roja Española.
 
Tras su 'primer' voluntariado en Cruz Roja, allá por 1984, vuelve a retomar el contacto con la Institución el año pasado, a través del Programa de Dependencia y, actualmente, del Programa de acompañamiento y atención de Enfermos Paliativos de Cruz Roja Española en Almería. "Lo hago porque me siento bien; si estuviera sufriendo, mejor sería que lo dejase". Contundente, en un programa como el de Paliativos, no puede haber dudas.
 
PREGUNTAS
 
¿Por qué te haces voluntario de Cruz Roja?
Siempre he tenido un interés arraigado por hacer algo por los demás, de forma desinteresada. Por ello, ya hace años empecé a colaborar con entidades como las Asociaciones de Padres y Madres de los Colegios de mis hijos.
 
¿Por qué te sumas a Cruz Roja?
Me hice voluntario de Cruz Roja allá por 1984 y estuve dos años colaborando. Sin embargo, ha sido hace apenas un año, a través de un cursillo de Primeros Auxilios para Bomberos, como conocí a un monitor de Cruz Roja de Almería, Juande, quien me abrió los ojos sobre todos los ámbitos de intervención actuales de la Institución. Y volví convencido.
 
Voluntario del Programa de Enfermos Paliativos. ¿Por qué?
Tengo que explicar que estoy muy sensibilizado con los problemas y con las enfermedades de las personas mayores porque me tocó de lleno; mi padre sufrió un cáncer de próstata con metástasis. Y en Cruz Roja encontré la oportunidad de colaborar en este ámbito, con los enfermos en situación terminal. Quería vivir esta experiencia con la máxima intensidad, aportando algo de mí.
 
Se trata de un voluntariado especialmente delicado, comprometido y, posiblemente, difícil. ¿Qué formación específica recibes para ello?
Sí, se trata de un ámbito de intervención muy delicado. Además de la formación institucional, recibes cursos específicos en el campo en que vas a desarrollar tu voluntariado y en los que, básicamente, puedes adquirir habilidades para fomentar, por ejemplo, la empatía y la capacidad de llegar de forma efectiva al otro.
 
Aprendes a 'saber estar' y a lograr la empatía necesaria para ganarte su confianza y que te abran la puerta dejándote entrar en su mundo.
 
En un programa como en el que colaboras, ¿se deja el Voluntariado en Cruz Roja o se lleva al hogar, cuando vuelves por la noche?
Creo que este voluntariado, en concreto, responde a una forma de ser. Esa sensibilidad que tienes que tener para estar cercano a las personas te la llevas a todos los sitios. Hay que tener un poso de sensibilidad hacia la gente que lo está pasando mal, todo el día. Por eso creo que tiene que ser una 'forma de ser'.
 
Cuando paseas a una persona en silla de ruedas, o acompañas a otro en su hogar porque no puede moverse o le sigues en la fase terminal, lógicamente, el sufrimiento también te llega a ti; y, sin embargo, no se hace especialmente 'duro'. Sí, pasas malos momentos, pero sientes al mismo tiempo una satisfacción increíble por poder acercarte y acompañarle. Me siento muy privilegiado por poder colaborar con ellos y, además, me ayuda mucho a superar mis propios problemas.
 
Habrá momentos especialmente gratificantes...
Son esos gestos pequeños, no sonoros. A veces manifestamos más sin hablar que cuando lo hacemos.
 
Desde luego, te gratifica especialmente también cuando recibes muestras de agradecimiento hacia la labor que estás realizando. Yo particularmente recibo tanto o más de lo que puedo dar. Y eso me alimenta, que la gente está contenta.
 
No podría contar momentos específicos, porque son detalles íntimos, pero ahí están.
 
Pero también llegan esas situaciones o momentos especialmente difíciles
Ayer estuve con una persona con cáncer de próstata y metástasis en los huesos, un proceso doloroso. Todo se complica porque es una persona 'cerrada' que, y ahí está lo peor, no ha querido saber realmente el alcance o la gravedad de lo que tiene; sabe el diagnóstico, en parte, pero no el pronóstico.
 
Esa es la peor situación, estar ante alguien que no quiere saber la realidad. Porque, cuando lo sabes, se puede abrir la puerta a infinitas posibilidades como el hecho de poder vivir con intensidad y con dignidad el último período de tu vida. Es una puerta muy clara la que se puede abrir. Pero la negación impide vivir este proceso con plenitud, el poder poner un broche de oro a tu vida.
 
Pero, incluso en estos casos, el acompañamiento y la cercanía a ellos es muy importante, como lo es, desde luego, la autenticidad en el diálogo.
 
¿Animarías a otras personas a formar parte de este programa de voluntario?
Si lo tienen claro, sí. Pero creo que no todo el mundo tiene 'estómago' para ello, por los momentos difíciles que puedes pasar.
 
Creo que hay que tener una motivación muy específica, y una preparación que, a veces, sólo te da la vida, tu experiencia, como, en mi caso, la situación vivida con mi padre.
 
Pero, desde luego, lo hago porque me siento bien; si estuviera sufriendo, mejor sería que lo dejase.
 
¿Hay que tener un perfil específico para este voluntariado?
Creo que sí. Hay que tener muy desarrollado el valor de la empatía, una facilidad clara para establecer relaciones cercanas, en un 'tú a tú' auténtico.
 
Sin embargo, ahora, en general, estamos acostumbrados a relaciones más superficiales, no de persona a persona.
 
Hablas de empatía... ¿se puede adquirir o desarrollar? ¿Es innata?
Puede que esta empatía se pueda educar o adquirir en alguna medida. Lo cierto es que hay gente que la tiene y, a veces, no lo sabe ni la ejercita.
 
La empatía con la otra persona no es sólo llegar a ella, sino llegar y mantenerte, sin que te afecte negativamente y perjudique tu capacidad de ayuda, que es lo que importa. Creo que es una cualidad, como tantas otras, que se tienen o no se tienen pero que, en cualquier caso, hay que tratar de desarrollar.
 
 Enlaces


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