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Etiopía, Madagascar, Colombia, El Salvador, Sri Lanka, Pakistán, India... y así hasta casi un centenar de países. Son los destinos de los más de 300 cooperantes o delegados con los que cuenta Cruz Roja Española anualmente.
Su trabajo en terreno es fundamental para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones más empobrecidas y vulnerables o asistir a las víctimas de distintas emergencias y desastres naturales.
A través de estos delegados y delegadas, Cruz Roja Española está ejecutando más de 1.200 proyectos de Cooperación Internacional, con un presupuesto de más de 361 millones de euros aprobados y en ejecución, que benefician a más de 13 millones de personas por todo el mundo.
Medio centenar de estos delegados y delegadas se acaban de dar cita en Madrid para planificar los temas más urgentes en este ámbito. Sobre la mesa, las crisis alimentarias del Sahel (Níger, Sáhara, Mali) y del Cuerno de África (14 millones de afectados en Somalia, Etiopía, Kenia y Djibuti), la campaña humanitaria por el terremoto de Haití o los nuevos retos de cooperación y de financiación en Filipinas o India.
"Ante todo la cooperación internacional, bien sea ayuda humanitaria o cooperación al desarrollo, es una profesión. Y, como toda profesión, no solamente requiere de unas buenas aptitudes y unas buenas ganas de enfrentarse a distintas realidades, sino que además requiere una formación", destaca Pablo Valero, delegado de Agua y saneamiento en Haití. "Aconsejaría a todas aquellas personas que quieran ser delegados en un futuro, y que deseen trabajar en terreno que, sobre todo, se formen, que se formen mucho porque, al fin y al cabo, aquí tenemos una doble responsabilidad. No solamente llegamos a los países queriendo aportar a las comunidades o a la población local una serie de capacidades para que puedan seguir adelante, sino además tenemos una responsabilidad con aquellas personas y donantes, que confían en nosotros para que esa gestión se haga lo mejor posible. Y lo mejor no es solo que los objetivos se cumplan, sino que se cumplan dentro de unos parámetros de eficacia y de eficiencia", , concluye Pablo Valero.
Sobre la mesa, también necesitamos destacar, el nuevo escenario de inseguridad creado en el mundo de la cooperación internacional tras las endémicas y reiteradas acciones contra los cooperantes que trabajan en los rincones más empobrecidos del planeta como los campos de refugiados en Kenia (somalíes), Tinduf, etc.
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