Boletín informativo digital Nº 70 (Junio de 2012)
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Cosmas, un filosofo en las aulas
Cosmas Sila Kivanayo
Este hombre constituye un claro ejemplo de integración, compromiso y superación. Cuando llegó a Córdoba no "sabía ni una palabra de español" y, en apenas ocho meses, ha pasado de recibir alimentos de Cruz Roja a colaborar como voluntario en la institución, impartiendo clases de inglés a inmigrantes que preparan las pruebas libres para la obtención del título de Graduado en ESO.
 
Cosmas, que domina cinco idiomas, desprende energía y entusiasmo al hablar. Reparte su tiempo entre el trabajo como maestro de clases particulares de inglés y la colaboración voluntaria en varias organizaciones.
 
¿Por qué decidiste dejar tu país y venirte a España?
Para vivir con mi novia. Ella es de Kenia también y lleva muchos años en Córdoba. También para poder vivir mejor que en mi país.
 
¿A qué te dedicabas en Kenia?
Yo soy profesor. Primero me titulé en Filosofía y después me diplomé en Educación, por eso enseño inglés. En Nairobi fui director de un instituto de secundaria durante siete años y estuve trabajando once años como profesor.
 
¿Cómo fue tu integración en Córdoba?
No tuve ningún problema. La gente de Córdoba se ha portado muy bien conmigo. Tengo muy buenos amigos aquí.
 
¿Cuál fue tu primer contacto con Cruz Roja?
A través de una amiga de mi novia, que necesitaba comida, conocí Cruz Roja Córdoba. Fue entonces cuando me ofrecí a colaborar. Tenía mucho tiempo libre y pregunté cómo podía ayudar. Hice una entrevista y luego el curso para voluntarios.
 
¿En qué consiste tu voluntariado?
Siempre me gusta ayudar. Yo quiero dar mis servicios a otras personas que lo puedan necesitar. Desde septiembre estoy dando clases de inglés dos horas a la semana. Hay gente de Ecuador, Colombia, Perú… todos inmigrantes. También colaboro con APIC.
 
¿Qué es lo que más te gusta de la docencia?
Dar clases me gusta mucho. Me gusta ayudar a la integración a todos los niveles, para ayudar a las personas a estar más preparadas. Me gusta cuando los alumnos están alegres y aprenden bien, que estén contentos de que les enseñen.
 
¿Crees que tu propia experiencia facilita la relación con el alumnado?
Sí, claro. Yo hablo con mis alumnos y les cuento mi experiencia. La gente cuando llega aquí tiene muchos sueños, pero al llegar los sueños se acaban. Pero yo creo que cuando las personas llegan aquí pueden ser ayudadas. Tienen que tener esperanza.
 
¿Cómo animarías a aquellas personas que han pensado alguna vez ser voluntarias?
Creo que eso depende de cada uno. En mi caso, mi corazón me pide ayudar. Yo hablo con muchas personas y les digo que pueden ayudar a otras que tienen necesidades, que ayudar es una buena acción.
 
¿Qué echas de menos de tu país?
Echo mucho de menos mi país. Yo tengo un niño de cinco años. Hablo con mi hijo todos los días y con mi madre también. Me gustaría volver de visita, pero no para quedarme.
 
¿Cuál es tu sueño, Cosmas?
Vivir mejor que en mi país, esa es la razón por la que yo vine. Ayudar a mi hijo y a mi familia, y también ayudar, de la forma que pueda, a cualquier persona que me encuentre por aquí y lo necesite. Además, me gustaría poder trabajar como profesor.
 
 
 
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