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Desde 1864 hasta hoy, la humanidad ha vivido el mayor periodo de cambios de su historia. Cada vez a mayor velocidad, gracias a las comunicaciones y la tecnología, hemos cambiado nuestra forma de vivir, y hasta la forma en la que nos relacionamos. Pero lo más importante de nuestra historia somos nosotros, las personas. Y esto es y ha sido siempre, en sus 150 años de historia, lo principal para Cruz Roja.
Nuestras preocupaciones, nuestros conflictos, nuestro sufrimiento, no son los mismos ahora que antaño, y en esta carrera contra el sufrimiento humano, Cruz Roja Española siempre ha estado a la cabeza. Desde la asistencia a los heridos en los campos de batalla del siglo XIX hasta el apoyo a aquellas personas que hoy no pueden seguir el ritmo de la sociedad.
Como un árbol que al alzarse divide su tronco en ramas y hojas, la actividad de Cruz Roja ha experimentado una evolución similar, como testigo de la realidad que es. Y lo que en su día empezó en el socorro a heridos de guerra, a día de hoy se divide en la atención, el apoyo y el acompañamiento a los colectivos más necesitados de la sociedad, dentro y fuera de nuestras fronteras.
La actuación de Cruz Roja Española en sus inicios convirtió a la institución en un referente, dentro y fuera del territorio. Lo aprendido en la guerra serviría para atender a la población víctima de desastres o emergencias, como se demostró en las décadas posteriores.
Los socorros y emergencias han sido el foco principal de la organización hasta que en los años noventa, se le unió la llegada de la acción directa en la sociedad, cercana a las personas y el apoyo al día a día de quienes más lo necesitan, que ha supuesto una multiplicación de los servicios sociales ofrecidos por Cruz Roja para mejorar las condiciones de vida de las personas a las que atiende.
A todas y cada una de las miles de personas que a diario acuden a Cruz Roja, se les ofrece un trato individualizado e integral dirigido a evitar su exclusión de la sociedad. Porque allí donde hay una persona, está Cruz Roja, y Cruz Roja no se puede entender sin las personas
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