“AYUDA HUMANITARIA PARA MITIGAR LOS EFECTOS DE LA CRISIS ALIMENTARIA EN NÍGER ”

Financiación: Junta de Comunidades de Castilla La Mancha: 199.500 €;

Fecha de inicio: 1 Junio 2010
Duración prevista del proyecto:12 meses

Sierra Leona

El proyecto estaría encaminado a mitigar los efectos de la falta de alimentos y a apoyar a las comunidades en su capacidad de recuperación, a través de actividades que mejoren la capacidad de la población más vulnerable a acceder a alimentos.


Localización:

Níger: Regiones de Tahoua (departamentos de Tahoua e Illela) y de Maradi (Departamento de Guidam Roumji).

Población

Será beneficiaria de este proyecto la que, en cada región, se considera población más afectada y vulnerable a los periodos de inseguridad alimentaria, es decir aquella que reside en zonas de economía agro-alimentaria de subsistencia y que se correspondería con: aquellos que viven en las zonas norte de las regiones de Tillabéry, Tahoua, Maradi y Zinder, y al sur de la región de Agadez, y que se dedican a actividades agropecuarias; aquellos que residen en localidades que sufren de pobreza estructural, tales como Ouallam, Loga y Tanout; y aquellos que, en fin, viven en zonas agrícolas, pastorales o agropecuarias vulnerables a déficits de cereales.

En este sentido, para la selección concreta de los beneficiarios, se atenderá a la propia información que, sobre las comunidades, tengan la CRN y la CRE, y se tendrán en cuenta las intervenciones de otros actores humanitarios en la región, y la información recogida en las oficinas departamentales de agricultura y medio ambiente, en la medida en que son éstas las que tendrían los datos más aproximados en relación con la disposición y uso de la tierra, y los resultados reales de las cosechas. Así, por ejemplo, si según los últimos datos generales para la región de Tahoua, un 20% de la población se considera como “muy vulnerable”, ésta sería la población beneficiaria directa de la intervención, sin perjuicio de que, en realidad, los trabajos en tierras comunales o la dotación de grano para almacenes de gestión comunal, siempre beneficiarán a toda la población.

Contexto y justificación:

Níger, donde, a pesar de la relativa calma socio-política (tras el golpe de Estado del 18 de febrero) según las estadísticas de la OMS, en 2009, el índice de malnutrición aguda fue de un 12.3 % y el malnutrición severa (entre menores de 5 años) de un 2.1 %, aumentando en 2010; o donde la irregularidad de las lluvias de 2009, las plagas, la subida de los precios de los cereales, la bajada del precio del ganado, entre otros factores, habrían hecho prever que los niveles de inseguridad alimentaria podrán llegar este año a ser críticos en algunas zonas del país (pudiendo llegar a alcanzar a 2.7 millones de personas); podría considerarse uno de los países más pobres del mundo, ocupando en el PNUD de 2009 el último puesto en el IDH y el penúltimo puesto en el IPH.

Más concretamente, siendo las principales actividades de estas zonas la agricultura y la ganadería (como economías de subsistencia), las estadísticas de 2009 sobre recogida de cosechas mostraron un déficit en la producción de cereales como consecuencia del irregular régimen pluviométrico que habría provocado que, en el llamado periodo de la soudure (meses en los que comienzan a escasear los productos de la anterior cosecha y todavía no se han recogido los de la actual y que corresponderían con el periodo junio-septiembre), la población venda sus animales a bajo precio o migre hacia centros urbanos o países limítrofes como Libia, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria o Camerún para poder subsistir. Es decir, nos encontraríamos ante un contexto en el que la población, en el momento en que se produce una sequía, una inundación o una plaga, pierde sus únicos ingresos y no puede satisfacer sus necesidades alimenticias.

Y por ello, el presente proyecto (cuyas actividades se encontrarían enmarcadas dentro de las prioridades de actuación establecidas por el Gobierno de Níger, apoyadas por las instituciones regionales y locales, o amparadas por organismos internacionales como la ONU, la FAO o el PAM), estaría encaminado a mitigar los efectos de la falta de alimentos y a apoyar a las comunidades en su capacidad de recuperación y mejora de sus ingresos, mediante actividades que mejoren la capacidad de la población más vulnerable a la hora de acceder a los alimentos (“dinero por trabajo”, distribución de semillas mejoradas, abastecimiento de los bancos de cereales…). De hecho, se considera que una actuación temprana evitará que se produzca una situación humanitaria más compleja (cuya recuperación será más complicada), pues al disminuir la vulnerabilidad de los beneficiarios, se fortalecerá a las comunidades frente a los daños que esta emergencia pueda causar a largo plazo, evitando el incremento de la hambruna.

Lógica de intervención:

A fin de luchar contra los daños que, la inseguridad alimentaria y la malnutrición pueden causar, sobre todo a largo plazo, en las regiones de  Tahoua y Maradi, se trataría con este proyecto de promover actividades encaminadas a disminuir la vulnerabilidad de los beneficiarios, evitando el incremento de la hambruna y la miseria.
Los equipos y materiales adquiridos serán principalmente locales y las actividades puestas en marcha se basarán en tradiciones y prácticas de la zona. Para evitar posibles desconocimientos que se pudieran producir en la utilización y mantenimiento de equipos de conservación y transformación de productos, se prevé realizar una formación exhaustiva sobre la utilización de estos equipos y se preverán servicios de asistencia técnica y de suministro de repuestos para que dichos equipos puedan funcionar con normalidad.
La evaluación y seguimiento del proyecto serán realizadas por la CRN y CRE de manera conjunta contando con la participación de los tres delegados de CRE en el terreno. Para ello, se creará una comisión de seguimiento integrada por el delegado, el coordinador del proyecto de la CRN y una representación de los voluntarios/as que tomen parte en la ejecución del mismo.

Concretamente, las actividades se enfocarían en torno a tres grupos:

- Aquellas encaminadas a mejorar el poder adquisitivo de las familias más vulnerables mediante programas de “dinero por trabajo”: Estos programas consisten en la recuperación de tierras de tipo “glaciar”, a fin de poder hacer un uso pastoral o agrícola de ellas. Asimismo, se dotará a la población (identificada de manera coordinada con las autoridades locales y demás actores humanitarios que trabajan en la zona) de plantas y de formación para su cultivo.

- Aquellas dirigidas a la provisión de ayuda en forma de semillas a las familias más vulnerables: Se trata de semillas desarrolladas por centros de investigación nigerinos que presentan una mejor adaptación al suelo y a la climatología de la región, además de ser más resistentes a las plagas. También se dotará de los abonos necesarios para recuperar las tierras de manera que sean más aptas para la producción.

- Aquellas dirigidas a  aprovisionar los bancos de cereales: Los “Bancos de cereales” son un sistema de cooperativas rurales, gestionados por un comité de gestión (nombrado por el pueblo y las autoridades tradicionales), a través de los cuales la población puede, en la llegada de la soudoure, vender el cereal a las familias de su comunidad por debajo de los precios del mercado (pero a un precio suficiente como para poder aprovisionarse nuevamente tras la siguiente cosecha, cuando los precios en el mercado vuelvan a bajar). Debido al largo periodo de sequía, la población ha utilizado muy precozmente estrategias de prevención de hambruna que habrían desembocado en una falta de aprovisionamiento de los bancos de cereales.

- Aquellas encaminadas a la provisión de asistencia descentralizada en las regiones de Maradi y Tahoua para disuadir el éxodo de las familias a países vecinos como Nigeria o Chad.

Financiadores del proyecto:

Cada vez más cerca de las personas