Cómo empezó todo
Al anochecer, sobre el escenario de la batalla, yacían 40.000 hombres prácticamente abandonados a su suerte. Dunant vio cómo los heridos morían sin asistencia y, ayudado por personas de los pueblos cercanos, se dedicó a socorrerlos. Había quedado impresionado. Filántropo, formado y emprendedor, el recuerdo le llevó a concebir formas de paliar situaciones parecidas. Tres años después, publicó sus reflexiones. En Recuerdo de Solferino, Dunant plantea la idea germinal de lo que serían las futuras sociedades de Cruz Roja. Escribió textualmente lo siguiente: "... cuya finalidad será cuidar de los heridos en tiempo de guerra por medio de voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente cualificados para el trabajo...". Desde un primer momento, Dunant concibió las sociedades como entes neutrales dispuestos a prestar ayuda humanitaria a quienes la necesitaran, independientemente de su raza, nacionalidad o credo. |