Félix Boada González
Cruz Roja Española en Palencia
(Palencia)

En mis años jóvenes de internado ser voluntario no tenía buen cartel entre los compañeros, había una cierta desconfianza en ser voluntario, en parte, porque no se sabía lo que podía caer (encargos nuevos) por parte del que solicitaba a los voluntarios. A mi personalmente siempre me quedaba una duda razonada y remordimiento frustrado cuando no podía presentarme como voluntario, me gustaba la novedad, la iniciativa, el riesgo a lo desconocido que nos proponían los solicitantes.

Con el tiempo fui madurando y perdiendo esos complejos tímidos para no ser voluntario, quería ser voluntario por mi propia y libre voluntad aprovechando las ventajas de estar siempre activo y atento sobre todo para lo positivo, que para lo negativo ya venía ello solo.

Aprendí a ser voluntario con vocación en base a crearme buenas ilusiones, me implicaba en todo tipo de voluntariados por muchas razones, eran mi estímulo para generar nuevos proyectos e iniciativas.

Yo quería ser voluntario para realizar muchas y diferentes actividades, una forma más de abrirme en caminos nuevos saliendo de la rutina diaria, de diversión, de aprendizaje, de desarrollo integral.

Tuve la vocación de voluntario durante toda la vida pero pasó desapercibida en acciones sencillas hasta que verdaderamente decidí en un acto personal y firme el ser voluntario en una asociación grande, trascendente, con historia ¿La Cruz Roja¿. Sus campañas públicas y sus necesidades me llenaron la vocación que tenía escondida, callada con los años. Conseguir una mejoría en el bienestar de personas desfavorecidas y con necesidades materiales, sociales e incluso psicológicas es mi meta principal y mi premio es la felicidad interior y la satisfacción personal por hacer el bien al más próximo.

Por otro lado ser voluntario con vocación es algo grande que no sólo me queda en prestar mis servicios por obediencia, también tengo necesidad de informar, de sensibilizar y denunciar los problemas sociales que existen, de ayudar a los que piden apoyo, de dar respuesta al desequilibrio que existe entre las personas, entre las desigualdades sociales y como no, en las necesidades que demanda una sociedad precaria y con prejuicios.

Reconozco que para ser un buen voluntario hay necesidad primeramente de vocación interna, de cualidades y carácter personal y no tiene que faltar la fortaleza física, la formación específica para desarrollar las actividades recomendadas como el mejor, con profesionalidad, siendo positivo y tolerante, creando una confianza, transparencia y credibilidad en los que son atendidos y en la propia sociedad que confía y reclama a la Asociación de Voluntarios