Coloma Ferriol Bauzá
Cruz Roja Española en Sóller
(Illes Balears)

Lo primero que le dijeron al hacerse voluntaria fue que en la Cruz Roja, todas las personas son iguales.

Y lo ha comprobado durante años.

Coloma cuenta que gracias a que ha estado ejerciendo de portera tantos años en la Cruz Roja de Sóller, ha podido ver cómo han cambiado algunas cosas.

Recuerda los años en que los servicios médicos no abarcaban tantos aspectos como ahora, años en que los camilleros se reunían por las tardes en la asamblea, junto a su casa, para compartir experiencias, y atender heridos si se daba el caso.

Recuerda con cariño cómo las paredes de la Asamblea quedaban llenas de camillas colgadas, ya que no había otro sitio dónde poner tantas; y las cenas o comidas anuales que reunían a tantos voluntarios.

Ahora tal vez sean menos los voluntarios, pero aún queda alguno de aquellos primeros que pasan las tardes en la Cruz Roja.