Mercedes Lada Ordóñez
Cruz Roja Española en Mieres
(Asturias)

Me llamo Mercedes, tengo de 45 años y soy vigilante de seguridad. Hace algo más de 6 años decidí hacerme voluntaria de Cruz Roja Española. Vi un cartel que se necesitaba conductor de ambulancia y pensé que yo podría hacerlo.



Quería ocupar mi tiempo libre en alguna actividad en la que me sintiera válida y pudiera hacer algo por los demás y poco a poco encontré mi lugar en Cruz Roja.



Comencé como conductora de ambulancia pero quería ampliar mis conocimientos para mejorar mi actuación, ampliar mi campo de acción, así que me forme, entre otros temas, como técnica en emergencias sanitarias de primer y segundo nivel y auxiliar de clínica.



Tengo muchas anécdotas de mi quehacer como voluntaria en la Asamblea de Mieres pero destaca las experiencias vividas en mi participación, junto con voluntarios/as de otros provincias, en El Paso del Estrecho tanto en Alicante como Algeciras (años 2005-2006) y en el Salto de Valla en Melilla (octubre 2005 ).



Estas experiencias aunque distintas han sido para mi igualmente enriquecedoras.



Son para mi un reto. Por un lado significa probarme a mí misma, poner a prueba mi capacidad de desenvolverme en situaciones diferentes y difíciles, con gentes desconocidas en lugares nuevos. Por otro lado se trata de ayudar a gente en unas condiciones muy duras, en situaciones en las que tu aportación puede suponer salvar vidas. Es ayudar a que personas como las que saltan la valla tengan un tiempo en el que después de tanta penuria se sientan por un momento importantes, sientan que hay quien se preocupa por ellos.



Tanto en el Paso del Estrecho como en el Salto de Valla, los voluntari@s trabajan codo con codo a turnos de 12 horas. Allí trabaje como conductora de ambulancia haciendo traslados urgentes a los hospitales y como socorrista prestando primeros auxilios. En el Paso del Estrecho tuvo la oportunidad de convivir con otra cultura y en el Salto de Valla viví la llegada de miles de personas al "paraíso prometido" y sentí el dolor del sueño roto. Ver estas realidades te hace abrir la mente, darte cuenta de lo prioritario, de lo esencial de la vida.



Seguro que, con mi espíritu inquieto, probaré otras nuevas experiencias de las que sacaré las lecciones más importantes: las de la vida.