Día Mundial. Voluntariado: la fuerza de la humanidad.

Suárez del Toro apela al compromiso ético contra la injusticia

Cayetano Álvarez. Burgos

Juan Manuel Suárez del Toro invitó a los presentes en el Teatro Principal de Burgos a reflexionar sobre cómo podemos hacer extensiva a una mayoría de la población mundial, que se debate entre la precariedad y la supervivencia, las conquistas del pensamiento que posibilitan el desarrollo de individuos y comunidades.

Aseguró, ante los Reyes, autoridades e invitados, que el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja está convencido de que esto representa "un desafío perfectamente abordable desde la solidaridad".

En referencia al lema del Día, "Voluntariado: la fuerza de la humanidad", el presidente de Cruz Roja destacó que la implicación del voluntariado en su tarea de ayuda impide que inmensas tragedias humanas sean peores y resaltó el ideal que imprime su acción, pues dicho voluntariado "está convencido de que lo justo es actuar ante la desigualdad".

En su discurso apeló a la implicación ética de gobiernos y ciudadanos contra la injusticia, exclusión y pobreza, evocó la labor de los cien millones de voluntarias y voluntarios de la Cruz Roja y Media Luna Roja y no dejó de recordar a los afectados por Chernóbil, el sida, el terrorismo, el tráfico de inmigrantes y de diversas formas de violencia.

Por parte de los premiados fue Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, el encargado de dirigir unas palabras. En ellas, expresó el deseo de que los objetivos del Milenio de Naciones Unidas sea una materia de conocimiento común de los ciudadanos y pidió el reconocimiento y apoyo del trabajo de los voluntarios.

Como presentador del acto, intervino Juan Luis Arsuaga, codirector de los yacimientos de Atapuerca. En su curioso discurso señaló que en las excavaciones de su dirección hay muestras de las dos caras de una misma moneda humana: la violenta y la compasiva. Hace 800.000 años el comportamiento con los extraños era atroz, pero hace medio millón de años aparecen las primeras muestras del alma compasiva. De esta parte, aseguró Arsuaga, de los seres que se compadecen de sus semejantes es de donde nace el espíritu de Cruz Roja.