Calorcito humano para los indigentes de Castellón

Calor nocturno para los "sin techo" de Castellón

 

Alberto Artés. Redacción.

La llegada de la primavera con sus temperaturas bonancibles fue el punto y momentáneo final del programa de apoyo nocturno a los "sin techo" que pernoctan en la ciudad de Castellón. Es una labor que aborda un grupo de 75 voluntarias y voluntarios de manera espontánea.

 

El equipo de voluntarios se ha reunido el último fin de semana de mayo para hablar de esta actividad llamada Café Solidario, que consiste en el suministro de bebidas calientes a personas indigentes que deambulan por la noche castellonense.

 

La van a retomar en cuanto empiece el frio, calculan que hacia noviembre, y están gestionando algunas mejoras en la actividad como recibir formación en técnicas de manipulación de alimentos y en primeros auxilios, ambas indispensables para la actividad según han constatado en la práctica.

 

Todo empezó de manera casual en diciembre de 2005. Los voluntarios de Castellón se reunieron como de costumbre en una cena navideña de confraternización. Hacía verdadero frío por aquellos días. Entonces a alguien se le ocurrió, un poco como un juego, pasar un folio para ver cuántos se apuntarían a un hipotético servicio de bebidas calientes para los "sin techo".

 

Escribieron su nombre cuarenta, según comenta el mentor de la actividad, José Luis Tallón, un profesor de inglés de Instituto, jubilado hace ya dos años, que desde hace seis da clases de castellano en Cruz Roja a inmigrantes de origen anglófono.

 

Tallón apunta que enseguida recabaron la ayuda del Comité Provincial de Cruz Roja y en apenas unos días, el 20 de diciembre, daba comienzo la actividad. Consistió ésta en que un equipo de cuatro personas recorría en un vehículo las zonas de Castellón donde los indigentes dormían entre cartones, cajeros automáticos, etcétera.

 

Cada noche el grupo iniciaba el recorrido un rato antes de las 11 y finalizaba a eso de las 2'30 de la madrugada. Portaba un termo de agua caliente para disolver la leche en polvo y los sobres de café, cacao o sopa. También, paquetes con artículos de higiene, o preservativos para las personas que ejercen la prostitución. Incluso alguna manta o prendas de ropa.

 

Está muy contento Tallón por el resultado de la actividad: en cada jornada atendieron a unas 25 personas y al final eran 75 los voluntarios implicados, diez de ellos extranjeros. "Era muy entrañable ver cómo un voluntario magrebí, rumano o búlgaro se comunica con sus paisanos en su idioma. Da mucha confianza a los beneficiarios", dice Tallón.

 

El responsable resalta el carácter motivador que el Café Solidario ha tenido para los propios participantes, que han encontrado un nuevo estímulo a su labor altruista.