Voluntarios a pie de patera

El operativo de salvamento se activa a cualquier hora del´día o de la noche

Salvar a los viajeros de las pateras

Jesús Carbonell. Madrid.

El viernes 27 de mayo a eso de las 6.30 de la mañana, Rocío Ruiz Amador, de 32 años, volvía a su casa para ducharse e ir al trabajo. Había estado "trabajando" por la noche pero como voluntaria, labor que desempeña en Cruz Roja de su localidad, Motril, en la costa de Granada

Había sido una noche en vela porque había tenido que prestar su ayuda por la llegada de una patera con inmigrantes, algo que se ha convertido ya en una costumbre.

Como le ocurre a menudo, se siente satisfecha con la expresión de bienestar que los hombres y mujeres atendidos, tras una agotadora travesía por el Estrecho, le han dedicado al recibir la ayuda prestada. Ese recuerdo revalida su vínculo con el voluntariado. Es su recompensa.

La noche que estaba terminando había sido como otras. A eso de las dos de la mañana le avisaron por teléfono de que se acercaba a la costa una patera, que casi siempre llegan de noche.

Como suele ser habitual, cuando los doce miembros del ERIE de Cruz Roja del que forma parte Rocío se dirigió al puerto, ya sabían de qué se trataba: una barca con mucha gente y muchos menores. Un detalle nuevo: la mayoría, nada menos que 33, eran menores.

El operativo se había puesto en funcionamiento con tiempo suficiente para preparar los víveres y el material de primera necesidad: café, leche, galletas, mantas, ropa seca, artículos médicos

Cruz Roja es un eslabón con un cometido concreto junto a la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Centro de Comunicación de Sasemar, sociedad de salvamento marítimo del Ministerio de Fomento.

Rocío, de 32 años, es voluntaria desde hace 14 años, en los que ha desempeñado funciones diversas, entre ellas las de monitora de socorrismo. Y es que todos los miembros de los ERIE de salvamento en medio acuático tiene formación de socorrista, además de haber entre ellos profesionales sanitarios: médicos y enfermeros.

Miguel Ángel López , de 22 años, es también voluntario y además es del equipo de salvamento subacuático. Como buceador le ha tocado algunas operaciones desagradables, como la recuperación de restos humanos de alguna patera que corrió la peor de las suertes.

Miguel Ángel no pestañea cuando se le pregunta por qué es voluntario: "porque me gusta ayudar a al gente". Y añade: "por los principios de Cruz Roja, que me gustan mucho".

Miguel Ángel y Rocío y el resto de los hasta sesenta voluntarios de Motril están preparados para el verano, los meses fuertes de intervención con pateras pues la mayoría llegan en el buen tiempo. En 2004, de las 2.609 personas atendidas en la localidad granadina, 1.439 lo fueron entre julio y agosto.