Si al proceso de hacerse mayor se le suma estar inmerso en un itinerario migratorio en un contexto de crisis socioeconómica, bien solo o en compañía de adultos de referencia, la situación se complica un poco más y convierte a estos jóvenes en un grupo vulnerable que necesita especial atención.
Desde que la colaboración de Nokia SAU, permitió a Cruz Roja Española poner en marcha, hace cinco años, el proyecto CRoNO: Inclusión Social y Educativa con Niños, Niñas y Jóvenes Inmersos en Procesos Migratorios, cada día es mayor el número de jóvenes que hacen uso de este recurso y la demanda sigue aumentando. El proyecto CRoNO tiene como objetivo la integración social y educativa en nuestra sociedad de niños, niñas y jóvenes inmersos en procesos migratorios, abordando los factores que pueden llevarles a la exclusión social. El objetivo se está consiguiendo a través de una acción integral en la que una persona voluntaria se implica en la vida del menor -constituyéndose como referente comunitario- y acompaña todo el proceso de incorporación social, apoyándoles en acciones concretas como: aprendizaje de castellano, actividades de ocio y tiempo libre, habilidades sociales (resolución de conflictos, comunicación, pensamiento crítico, etc.), formación, ayuda en la búsqueda de empleo, acceso a las nuevas tecnologías y asesoramiento jurídico, entre otras.
"En este modelo de inclusión tiene un papel fundamental la persona voluntaria que actúa como referente comunitario, y que hace que el proceso sea individualizado", destaca Juan García, trabajador social del proyecto.
En la primera fase del proyecto, desarrollada entre 2006 y 2009, éste se centró sobre todo en la intervención con menores no acompañados. Un total de 380 niños, niñas y jóvenes participaron en las actividades del proyecto, apoyados por 125 personas voluntarias. El proyecto CRoNO se desarrolló en Lanzarote, Madrid y Guipuzcoa.
En la segunda fase, que comenzó a principios de 2010, el objetivo es que más de 400 chavales se beneficien de forma directa de la iniciativa. En lo que va de año, se han atendido ya a 197 jóvenes. Además, se han incorporado algunos ámbitos innovadores como la intervención familiar -trabajando en el contexto familiar las situaciones derivadas del proceso migratorio en la educación de los adolescentes-; el enfoque de género y el enfoque medioambiental. En esta fase, en la que se ha sumado también la provincia de Cádiz, están apoyando como referentes comunitarios más de 50 personas voluntarias.
"Uno de los retos que tenemos ahora es el de acompañar a los menores en su proceso de emancipación, proporcionándoles herramientas que les ayuden en su vida adulta plenamente integrados en la sociedad donde viven", informa García.
Además de las actividades de sensibilización que se vienen desarrollando, Cruz Roja y Nokia presentaron a comienzos del año 2010 un Manual de Buenas prácticas en Inclusión social y edu
