Durante los últimos meses, la situación humanitaria en Siria se ha deteriorado aún más. El recrudecimiento de la violencia ha provocado el desplazamiento de millones de personas, tanto dentro como fuera de las fronteras sirias, aumentando así la vulnerabilidad de la población. Además, un número creciente de civiles están atrapados en zonas rodeadas por la incesante violencia. Las provincias de Homs, Alepo, Idlib y zona rural de Damasco se han visto fuertemente castigadas durante el mes sagrado de Ramadam, y ahora la violencia se ceba en áreas como Hassakeh, Deraa y Latakia.
La escasez de alimentos, especialmente en las zonas afectadas más castigadas por la violencia, está dando lugar al aumento de los precios de los alimentos básicos como el pan, los cereales y las verduras. De acuerdo con informes de la OCHA (Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas), al menos cuatro millones de personas se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria. Sin embargo, si tenemos en cuenta los informes facilitados por las filiales de la Media Luna Roja Árabe Siria (MLRAS), el número de personas en riesgo es mucho mayor.