El pasado 12 de mayo un terremoto de 8 grados de magnitud en la escala de Ritcher devastó ocho provincias de China. Entre las más afectadas, Sichuan, los daños alcanzan más de 65.000 kilómetros cuadrados habiendo devastado cerca de millón y medio de viviendas. Desde entonces han sido 8.000 las réplicas percibidas, la última de ellas registrada 13 días después con una magnitud de 6.4 grados.A 26 de mayo el consejo de estado proporcionaba últimas cifras de la devastación, 65.080 fallecidos, 360.058 heridos, 23.150 desaparecidos, y más de 11 millones de desplazados. Se estima que cerca de 5 millones de personas están sin hogar.
Más del 70% de las carreteras quedaron destruidas y bloqueadas. La electricidad, el sistema de aprovisionamiento de agua y los servicios de salud han sido gravemente dañados. El terremoto ha creado 34 "lagos" artificiales y las fuertes lluvias están poniendo en riesgo de inundaciones a 9 condados.
Las principales necesidades son de cobijo, salud y apoyo psicosocial. 100 equipos médicos y de socorro de la CRC y la FICR se han desplazado a la zona para apoyar en las actividades.