Soy voluntaria desde hace muchos años, porque en el cada vez más frío e individualista mundo en que vivimos, siempre hay formas de ayudar. Uno de ellos es el voluntariado, los hombres y mujeres que trabajan para servir a los demás, que choca frontalmente con la actitud individualista de la sociedad. Digo individualista, porque todo indica que cada uno sólo tiene la misión de servirse a sí mismo. Por eso muchas veces cuesta hablar de que haya personas que tengan actitudes diferentes. De hombres y mujeres que le dan un giro a su vida, y se lanzan a vivir verdaderas aventuras por servir a los demás. El voluntariado es un acto de amor. Ser voluntario significa dedicar tiempo para servir, teniendo como única retribución el agradecimiento y la recompensa del mismo, por las personas que trabajamos en el voluntariado como un acto de amor. Actualmente colaboro con los proyectos de Tele Asistencia y búsqueda de Empleo. Especialmente en este último me siento muy identificada y comprometida, pues el darse y ayudar a los demás es muy gratificante. Siento con ello una inmensa satisfacción, que me aporta más paz y amor de lo que podría tener sin ello, y que comparto con mi gran familia de Cruz Roja. ¡Ánimo y adelante, hay trabajo para todos!