Conferencia sobre municiones de racimo, Wellington, Nueva Zelanda, del 18 al 22 de febrero de 2008.

    El Consejo de delegados del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja  insta a los Gobiernos a establecer una norma internacional - DIH - para hacer frente a las consecuencias humanas de las municiones de racimo.

     El Gobierno de Nueva Zelanda es el país anfitrión de una Conferencia Internacional sobre un tratado para prevenir los desastres humanos creados por las municiones de racimo. Esta Conferencia,  contará con alrededor de 400 delegados de más de 100 países, agencias de la ONU, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y organizaciones no gubernamentales

    A partir del año 2006, como consecuencia del conflicto en Líbano, los Gobiernos han comenzado a adoptar medidas concertadas a fin de encarar las consecuencias que tienen estas armas. Muchos Estados apoyan propuestas destinadas a prohibir de forma total o parcial las municiones de racimo y algunas han adoptado leyes ó políticas nacionales sobre esta cuestión. Se están haciendo esfuerzos por elaborar un nuevo tratado internacional, pero se consideró que es necesario hacer  el proceso, a través de un tratado específico, fuera del Marco de la Convención de Naciones Unidas sobre ciertas armas convencionales.  El CICR ha estado siempre a la cabeza de esta iniciativa, exhortando a los Estados y apoyando esos esfuerzos y considera que ha llegado el momento de poner fin al uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de municiones de racimo que no son precisas ni fiables y de prestar ayuda a las comunidades afectadas.

     En la Conferencia celebrada en Noruega en febrero del año 2007, se puso en marcha el Proceso de Oslo en el que los países participantes, se comprometieron a concluir antes de 2008 un nuevo tratado de prohibición de las municiones de racimo "que causa un daño inaceptable a los civiles".

    Se elaborará un proyecto de documento de Tratado para ser negociado de cara a una Conferencia Diplomática que tendrá lugar en Dublín en mayo de 2008 y que concluirá con la adopción del nuevo convenio. La "Declaración de Wellington" será una declaración de intenciones que servirá de puente hacia  Dublín y el tratado final.

     El desafío es el establecimiento de un acuerdo entre un número suficiente de países, incluidos los que poseen las municiones de racimo, en torno a la naturaleza y la forma de un instrumento jurídicamente vinculante para poner fin a un daño inaceptable a los civiles. Lograr el consenso entre los muchos países con diferentes puntos de vista nunca es fácil.

Para tener un impacto real, el tratado tendrá que ser de una calidad suficientemente alta para detener el uso de municiones de racimo en circunstancias en las que existe un daño inaceptable para los civiles y para ganar el apoyo de un número suficiente de países para traducir esa intención en realidad.

 Más información en:

 http://www.icrc.org/web/spa/sitespa0.nsf/html/section-ihl-cluster-munition