Voluntarios mayores ayudando a mayores en Bilbao

Pausoka, una expriencia solidaria en Bilbao

 

Con tu quiero y mi puedo

 

Itxaso Urbieta. Bilbao.

"Pausoka" significa "a pasos" en euskera. Paso a paso, sin prisa pero sin pausa. Así es como se ha consolidado uno de los proyectos más importantes e innovadores de Cruz Roja en Vizcaya. Un proyecto para mayores hecho por mayores.

 

Hace ya algo más de tres años, los hermanos Urbano y Pedro Santos marcaron un teléfono que les abrió una nueva puerta en sus vidas. Una puerta de luz, tal y como dice Pedro.

 

Debido a sus problemas de movilidad cada vez salían menos. Su madre, María, octogenaria y con algún problema de salud, no podía acompañarles. Su vida social mermaba día a día y era necesario encontrar una solución.

 

Fue Urbano quien tomó la iniciativa. Sabía de oídas que Cruz Roja tenía un servicio de voluntarios que acompañaban a personas con problemas similares a los suyos. Dicho y hecho. En Pausoka encontraron lo que necesitaban.

 

Miguel Ángel Pérez y Ana María de la Iglesia tenían en mente un mismo proyecto para cuando llegase la hora de la jubilación: emplear un tiempo en ayudar a los demás.

La casualidad quiso que los dos recalasen en Pausoka y ahora son los dos voluntarios que visitan a Pedro y Urbano.

 

Cada martes, durante un par de horas, el domicilio de los hermanos Santos se convierte, en palabras de Pedro, "en una tertulia como las de los cafés del siglo XIX donde se juntaban Unamuno, Pío Baroja...". Se habla de todo, se hacen confidencias y se desahogan contándose sus problemas, alegrías y penas.

 

Y ese es el objetivo de las Redes de Apoyo y Autoayuda-Acompañamiento de Pausoka: salvar las barreras físicas pero también apoyar psicológica y emocionalmente a las personas que lo requieran.

 

En 1989 un grupo de voluntarios no jóvenes captaron esa necesidad y crearon esas redes. La iniciativa fue un éxito y, tras este primer paso, en 1993 nació Pausoka como Centro de Recursos para Personas Mayores. Y ese mismo año ganó el premio Utopía al voluntariado para mayores.

 

Aún así, Ana María y Miguel Ángel no van hasta allí sólo para charlar. Además, les ayudan a salir a la calle y les echan una mano con las pequeñas gestiones del día a día: acercarse hasta el ambulatorio, ir por un padrón...

 

"Y, sobre todo, que también tratan muy bien a nuestra madre. Con mucho respeto. Y si necesita cualquier cosa enseguida se ofrece". María asiente desde una esquina. Estas personas no son simples voluntarios, ya forman parte de la familia.

 

Pausoka es, por tanto, un centro global que recoge los dos objetivos de Cruz Roja con los mayores: promover la permanencia en el entorno habitual y conseguir el reconocimiento y la participación social.

 

Ayudar a los demás es una magnífica razón para vivir y da con la clave para explicar qué significa el proyecto. Se trata de personas que, una vez acabada la vida laboral, deciden que en la nueva etapa quieren invertir en ayudar a los demás hacieéndose voluntarias.

 

Es un proyecto de éxito entre los usuarios (más de 157 en 2005) pero que también cuenta con reconocimientos tan importantes como el segundo premio Fundación Argentaria con los Mayores (1999) o el primer premio al Voluntariado en 2001.