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"Todas las personas refugiadas en Grecia tienen necesidades de salud al llegar a los campos"

Medicina general, Pediatría, Matrona, Dentista y Enfermería son los servicios que ofrece Cruz Roja a las personas refugiadas en los campos de Grecia. En este momento, contamos con un equipo de excelentes profesionales, con cuatro médicos de medicina general, dos pediatras, dos matronas y cinco enfermeras que trabajan de lunes a viernes, de 9:00 a 17:00 horas en los campos de refugiados de Ritsona (alrededor de 800 personas) y Skaramagas (alrededor de 4.000 personas), ofreciendo cuidados básicos de salud.

 

Los casos más graves o que necesitan ser remitidos a un hospital, se gestionan desde las clínicas de los campos de Skaramagas y Ritsona  con los servicios de salud de Grecia.

 

Un capítulo especial en el que estamos trabajando en este momento es el de las personas con enfermedades crónicas, como diabetes, o hipertensión. En algunos casos, los síntomas de la diabetes sorprenden a las personas refugiadas en el camino hacia Europa, entre pateras y caminos hechos a pie a través de Turquía. Normalmente, llegan sin diagnosticar y una vez han llegado al campo, aceptan con sorpresa que padecen la enfermedad.


En este ámbito de nuestra actividad, nuestros médicos y enfermeras cuidan de la salud de las personas con diabetes a través de charlas semanales para su cuidado y tratamiento de la enfermedad. Además de las charlas, se proporciona a los pacientes la posibilidad de practicar, una o dos veces en semana, una actividad de ejercicio físico controlado por nuestro personal sanitario. Esta actividad, además de concienciar a las personas que padecen diabetes sobre la necesidad de cuidarse, también son un punto de encuentro en el que poner en común sus preocupaciones y anhelos en una especie de respiro semanal, que les ayuda a continuar en su largo viaje hasta su destino final.

 

Sara Alcón, enfermera de Cruz Roja que trabaja en el campo de Skaramagas atiende a diario a estas personas: "Cada día vemos que la preocupación por su futuro va aumentando, y con las aterradoras experiencias vividas que traen hasta Grecia tenemos que ayudarles a que no desfallezcan. Estamos muy contentos con nuestro trabajo con los pacientes que sufren enfermedades crónicas, porque se han organizado por su cuenta en grupos para hacer ejercicio. Al final, también es como promover que las personas que tienen dolencias comunes se relacionen y puedan ayudarse mutuamente".

 

Para las personas refugiadas, el ejercicio físico es fundamental y nos alegra mucho que, gracias a esta actividad, sean conscientes de que con pocos cuidados pueden hacer vida normal (o todo lo normal que puede ser una vida dentro de un campo de refugiados).