Atrás

REEDICIÓN: ¡Ya está aquí el calor! Precauciones especiales.

Reedición entrada blog junio  2008

 

Este año, aunque con cierto retraso, ya tenemos aquí la temporada de calor. Durante estos meses ciertos colectivos más vulnerables, en especial nuestros mayores, deben tomar precauciones especiales, debido a la alta probabilidad de sufrir deshidratación, unido a los golpes de calor en estas fechas de estío.

 

Es importante como primer consejo saber reconocer los efectos generales de un golpe de calor, para actuar rápido, puesto que en colectivos especialmente sensibles esta situación puede conllevar un alto riesgo.

 

El principal síntoma consta de fiebre alta con la salvedad de que en ancianos de edades avanzadas no tiene porqué ser excesivamente alta, en principio es una fiebre sin causa aparente, otros síntomas asociados son sensación de fatiga, dolor de cabeza, calambres musculares, mareos, nauseas, vómitos y cuadros de confusión, también se puede presentar desde agitación hasta somnolencia. Se puede incluso llegar a perder el conocimiento y presentarse cuadros de convulsiones.

 

La deshidratación es una de las causas más frecuentes de hospitalización de personas mayores de 65 años porque tienen un deterioro en la sensación de sed, por lo que debemos asegurar que beban aunque no tengan ganas de beber.

 

Por ello, para vosotros cuidadores y cuidadoras vamos a tratar de daros unos pequeños consejos para evitar este tipo de situaciones, sobrellevar mejor y afrontar saludablemente el verano, el cual se vaticina especialmente caluroso durante las semanas que aún tenemos por delante.

 

Pérdida de sensación de sed: Con la llegada a la senectud, progresivamente se va perdiendo la sensación de sed, por ello, el colectivo de personas mayores es especialmente sensible a padecer deshidrataciones. Las consecuencias que esto conlleva pueden ser evitadas con solo aumentar el consumo de agua, siempre recordando que la ingesta mínima diaria recomendada se encuentra sobre los 2 litros, en principio, estas recomendaciones serían para personas que no sufran de enfermedades crónicas que requieran su restricción, pero existe la posibilidad de complementar nuestra dieta para ayudar a nuestro cuerpo a hidratarse, veamos cómo.

 

 

Hay que aprovechar las frutas de temporada, que vienen repletas de líquidos, paliando de una manera importante la dejadez en el consumo de agua, si están fresquitos nos ayudarán a mitigar la sensación de calor, refrescándonos, pero sobretodo son un rico e importante complemento durante esta época del año, junto con la leche, zumos e infusiones frías, bebidas de fácil consumo y apetecibles. En la parte de alimentos sólidos podemos recomendar consumir cocinados menos elaborados, especialmente rebajar el consumo de grasas y aportar a nuestros menús dosis extra de verduras. Los pescados son también bastante recomendables por ser de fácil digestión y de menor aporte calórico que la carne.

 

Por último no podemos dejar de añadir además a nuestro menú veraniego todo tipo de cremas y caldos fríos, de los que destacan aquellos que se encuentran basados en verduras frescas como por ejemplo el gazpacho.

 

Pérdida sensación de calor y riesgo de infecciones: Además de la perdida de la sed, otra característica habitual en personas mayores es la pérdida de sensación de calor, por ello es importante velar por ellos, vigilando su exposición a las altas temperaturas, sol e incluso su vestimenta.

 

Por otra parte el peligro de infecciones en personas mayores se encuentra mas acusado, especialmente las relacionadas con los alimentos, como las diarreas y el malestar gástrico que pueden evitarse tomando una serie de precauciones a la hora de ingerir alimentos que requieran medidas de conservación rigurosas. Los cambios temporales de costumbres, lugar de residencia, etc. pueden provocar los mismos síntomas, por lo tanto las personas cuidadoras deberíamos intentar proporcionarles un cambio progresivo en la medida de lo posible, sin trastornar drásticamente sus hábitos de vida.

 

Debemos recordar que aunque el calor y el sol pueden resultar muy agradables, es conveniente tomar algunas precauciones para disfrutar al máximo de esta época del año sin riesgos para nuestra salud.

 

Problemas cardiacos y respiratorios: Las personas mayores que padecen enfermedades cardiacas y obstructivo-respiratorias poseen una alta sensibilidad al calor, puesto que se encuentra agudizada por los medicamentos que consumen, unido a sus menores reservas pulmonares y cardiacas. Por todo ello quienes les cuidan deben extremar las precauciones ante la exposición al calor y aumentar la vigilancia y observación ante cualquier cambio y empeoramiento que podamos apreciar.

 

 

Otras medidas generales: Como medidas de protección contra el calor las cuidadoras y cuidadores podríamos añadir algunas acciones que nos ayudarán a paliar sus efectos, como pueden ser:

- Si es posible disponer de aire acondicionado a una temperatura moderada, evitando así cambios bruscos.

- Evitar las horas de máximo calor, adelantando o posponiendo paseos o aficiones a primera o última hora del día, en casa bajar las persianas disminuyendo la luz exterior nos ayudará a reducir la temperatura.

- Cuidar la vestimenta, utilizando prendas ligeras y de algodón o materiales frescos.

- Protegerse del sol y evitar ejercicios intensos.

 

Estos pequeños consejos, además de cualquier otra medida que tomemos, y que sea favorecedora de la reducción de temperatura nos ayudará a evitar el riesgo del golpe de calor y contribuirá a aumentar la calidad de vida de nuestros mayores, proporcionándoles un verano feliz y saludable.

 

Rafael Pavón
Comentarios
No hay ningún comentario aún. Sea usted el primero.
A

Si quieres cancelar tu suscripción a nuestro blog, por favor, haz clic aquí

A
Llámanos