Los proyectos de Cruz Roja son complejos planes donde intervienen multitud de factores y la voluntad y el esfuerzo de muchas personas. Concienzudamente estudiados, marcan paso a paso el camino hacia un objetivo. Los miembros de Cruz Roja saben que, tan importante como la planificación sobre el papel, es la flexibilidad ante la realidad de la vida. Javier Manteiga ha podido comprobarlo en Tihuilotal, El Salvador, donde desarrolla un proyecto de agua y saneamiento para 450 personas, cifra que irá creciendo durante 25 años. La población beneficiaria se había comprometido, tal como estaba planeado, a construir las fosas sépticas de sus domicilios y a asistir a todos los cursos de formación del proyecto: fontanería, gestión y mantenimiento de los sistemas, higiene, .... Pero tanto entusiasmo tuvo que ser frenado y replanificado: toda esa actividad les impedía seguir con sus trabajos habituales, arriesgando sus fuentes de ingreso. Contratar mano de obra en otra comunidad favoreció el objetivo último del proyecto: mejorar las condiciones de vida y la autonomía de una sociedad.