Entre los objetivos del Proyecto de Acogimiento Familiar de Cruz Roja, que se desarrolla en base a una intervención conjunta con la Administración Pública competente en la materia, cabe destacar el deseo de "ofrecer a los niños y niñas que por diversos motivos se han visto separados de sus respectivas familias, un ambiente familiar alternativo, seguro y protector, donde puedan proseguir su desarrollo evolutivo con garantías de cobertura para todas sus necesidades -biológicas, socio-emocionales y educativas- y para el ejercicio de sus derechos", según apunta Carlos Chana, responsable del Proyecto.

Durante 2008, la Institución realizó más de 32.000 intervenciones trabajando con más de 4.500 personas vinculadas al acogimiento -niños y niñas, familias y población en general- y contando con la participación de más de 400 voluntarios y voluntarias.

Otros de los objetivos del programa son los de posibilitar a niños y niñas un contexto familiar complementario al de origen, donde se les permita mantener la relación con su propia familia, cuando esto se valore como adecuado, durante el tiempo que dura la separación. Además, Cruz Roja colabora con el resto del sistema de atención a la infancia en la recuperación de las familias de origen, a través de la atención socioeducativa y cuidado de los menores de edad y mediante la cooperación en la reunificación lo más pronta posible.

Con el fin de favorecer la puesta en marcha y promoción de estos servicios, y gracias a la experiencia de 20 años en el desarrollo de intervenciones de acogimiento, Cruz Roja Española  ha elaborado la II edición del ‘Manual de Buena Práctica en Acogimiento Familiar', presentada ayer en Madrid.

En el acto participaron Juan Carlos Mato, Director General de Política Social, las Familias y la Infancia (Ministerio de Sanidad y Política Social); Manuela Cabero, Vicepresidenta Nacional de Cruz Roja Española, y Alba Juanola, psicóloga del Equipo de Acogimiento Familiar de Cruz Roja en Barcelona.