El miércoles 15 de agosto de 2007, un terremoto de 7.9 grados de magnitud en la escala Richter sacudió Perú, causando serios daños en la región de Ica y en la provincia de Huarochiri, en la región de Lima. En la capital y otras ciudades de los alrededores cercanas al epicentro, cientos de personas se lanzaron a la calle tras los temblores que sacudieron edificios públicos y viviendas particulares. El Instituto Nacional de Defensa Civil ha confirmado 503 muertos, 1.042 heridos y 33.939 familias afectadas hasta el momento. Además, iglesias, hospitales y autovías han resultado gravemente dañadas, y 33.940 viviendas han quedado totalmente destruidas. Un ejemplo de ello es la ciudad de Pisco que, con una población de aproximadamente 54.000 personas, tiene el 80% de sus infraestructuras dañadas o destruidas.
Las comunicaciones continúan sufriendo cortes, y los daños en las carreteras dificultan el acceso a muchas de las áreas afectadas. Además, las escuelas públicas están cerradas hasta que la evaluación de daños en los edificios esté finalizada.