Hola soy Irene. Tengo veintiún años y empecé como voluntaria en Cruz Roja hace dos años.
Tenía varios amigos que ya estaban dentro que me decían que me apuntara y al final cedí. Me apunté a Cruz Roja Juventud y a Socorros y Emergencias. Supongo que esto tiene algo de adictivo. Cuando conocí todas las posibilidades que me ofrecía Cruz Roja de ayudar a los demás fui apuntándome como voluntaria en más campos (teleasistencia, empleo...) hasta el punto de pasar más horas en la asamblea que en mi casa. Pero merece la pena. La sensación que te queda al hacer algo por el prójimo unida al palpable compañerismo y amistad que predomina entre mis compañeros, hacen de esta andadura una de las mejores experiencias por las que se debe pasar.