Pertenezco a Cruz Roja Española desde hace bien poco (2010). Mi marido y yo nos mudamos a vivir a la localidad de Fuensalida y debido a la gran necesidad de realizar alguna actividad solidariay poder colaborar con algún proyecto, nos acercamos hasta la Asamblea más cercana a pedir información.Cruz Roja ha significado mucho en mi vida, pues mi abuelo perteneció a la misma y siempre me despertó interés. Mi sorpresa fue cuando descubrí el proyecto de Teleasistencia que desconocía por completo y se sumó a la misma, que mi marido se animara igualmente a hacerse voluntario del mismo proyecto y así visitar los dos juntos a los mayores. Debido a mi estado anímico, sentía mucha necesidad de ayudar a las personas y que mejor hacerlo con uno de los colectivos más vulnerables. Hace ya algunos años mi marido y yo colaboramos con la Universidad Popular de mayores (Madrid) dando clases de alfabetización, por tanto, los mayores son personas muy cercanas a nosotros.Cuando realizamos nuestra función como voluntarios nos sentimos muy gratificados por la labor tan importante que llevamos a cabo, el “calor” es recíproco, nosotros aportamos y llevamos cariño, y ellos nos aportan y nos regalan cariño, ¿Qué mejor regalo? Gracias a Cruz Roja mi estado anímico ha mejorado y me siento muy útil.