Nunca saques a una víctima del interior de un vehículo.
Únicamente hazlo en el caso de que su vida corra peligro (parada cardio-respiratoria, vehículo ardiendo...). Espera la llegada del personal especializado.
Nunca quites el casco a un motorista accidentado.
Sólo debes hacerlo si no respira o lo hace con dificultad, y si vomita o ha vomitado. Retirar el casco implica un riesgo para la víctima. Esta delicada maniobra debe llevarse a cabo por, al menos, dos personas entrenadas para hacerlo.
Nunca lleves a un accidentado al hospital en un vehículo particular.
Espera a que lleguen los servicios de socorro. Tienen los medios adecuados para hacer el traslado en las debidas condiciones.
Y si, finalmente, tienes que recurrir a la movilización de urgencia...
Si el accidentado está consciente, explícale lo que vas a hacer. Quítale el cinturón de seguridad y comprueba que sus pies no están atrapados entre los pedales del vehículo.
Con cuidado, pasa los brazos por debajo de sus axilas. Con una mano, coge su antebrazo y, con la otra, sujeta fuertemente su mentón, como se muestra en la figura.
Extrae a la víctima, lentamente, manteniendo el eje cabeza-cuello-tronco, como si fuera un bloque rígido. Después, ponla en un lugar seguro.