Ante el riesgo de que se haya producido una lesión en la columna vertebral y/o la médula espinal.
Evita movimientos bruscos al accidentado.
Chequea las funciones vitales de la víctima.
Lo primero es valorar los "signos vitales" para saber cómo están funcionando: el cerebro (consciencia), los pulmones (respiración) y el corazón (pulso).
Asegúrate de que está consciente.
Si el herido no reacciona al hablarle, tocarle o estimularle suavemente, con un pellizco por ejemplo, quiere decir que está inconsciente.
Comprueba que respira.
Si está inconsciente, comprueba que respira de forma espontánea. Para saber si una persona respira espontáneamente, debes "ver, oír y sentir" su respiración, tal y como se muestra en la figura: mira, escucha y siente en tu mejilla el paso del aire a los pulmones de la víctima, durante no más de 10 segundos.
Comprueba si tiene hemorragias.
Busca la presencia de hemorragias y/o puntos sangrantes.
Si la víctima respira por si misma, colócala en posición de seguridad (PLS) y pide ayuda: llama al 112.
Si la víctima no respira por sí misma, llama al 112 e inicia cuanto antes las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), tal y como se explica en la página siguiente.