Las personas en el centro desde la Proximidad y la Respuesta a las Situaciones de Vulnerabilidad
La VIII Asamblea General marca el horizonte de nuestro compromiso con la sociedad, un trabajo continuado para aliviar el impacto de la crisis en las personas más vulnerables, atendiendo a las situaciones de mayor dificultad para poder hacer frente a necesidades básicas (alimentos, suministros, vivienda, etc.) que se derivan del desempleo, de la precariedad laboral y las situaciones de desprotección social y sanitaria.
Se abre pues un espacio de respuesta e impulso de nuestras capacidades como organización, con el compromiso en la intervención integral en relación a la pobreza infantil y familiar, centrándose en las familias en situación de mayor vulnerabilidad y atendiendo especialmente las consecuencias de la pobreza y la privación en la infancia (nutrición, rendimiento escolar); la prevención de la transmisión intergeneracional de la pobreza, y la empleabilidad en familias con baja o nula intensidad de empleo en el hogar.
Un compromiso renovado que nos permitirá impulsar la atención al empeoramiento de los determinantes sociales, trabajando para prevenir sus consecuencias en la salud física y psicológica de las personas más vulnerables y el impacto de la precariedad sostenida en el tiempo. Un elemento crucial en nuestras líneas de intervención será el despliegue de un nuevo Marco de Atención a las Personas, facilitando mejoras en la acogida, el diagnóstico, la intervención, el seguimiento y la evaluación, homogeneizando respuestas y dotando a la intervención de un carácter integral.
Es nuestra responsabilidad tomar una posición proactiva en los procesos de apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad social y su intensidad se definirá individualmente, involucrando a las personas usuarias en un compromiso compartido de actuación en función de sus necesidades, perfil, nivel de autonomía e intereses.
La intervención se desarrollará desde el entorno más cercano, reforzando las acciones de Proximidad Local lo que permitirá a Cruz Roja mayor alcance en su intervención, mayor inmediatez en la respuesta, detección de necesidades que se pueden cubrir desde otros proyectos y mayor visibilidad social.
Un nuevo periodo desde la fortaleza en nuestros Principios y Valores
Nuestro compromiso con la sociedad y la gestión debe favorecerse desde una estructura más flexible, que facilite y favorezca la participación activa y relevante de las personas que la conforman.
Cruz Roja será una organización transparente con todos sus integrantes y con la sociedad. Debemos esforzarnos por simplificar los procesos de gestión y calidad y por mejorar nuestros sistemas de evaluación de resultados de modo que nos faciliten la mejora continua.
La capilaridad y presencia (Asambleas, Delegaciones Locales, comarcales e insulares, puntos de actividad local u otras formas de presencia de la Institución), serán nuestro punto de arranque en nuestro compromiso desde la escucha y la respuesta.
Una respuesta que lo es también de carácter interno y que priorizará la consolidación de redes de trabajo y procedimientos de planificación y evaluación sistematizados, homogéneos y adaptados al ámbito territorial, con el objeto de mejorar la eficiencia en la gestión, orientándola a la mejora continua de nuestra acción.