Además de un derecho universal, el trabajo es una de las principales vías para la integración social. Hoy en día, un empleo es mucho más que un medio para obtener ingresos; es la manera que tenemos la mayoría de las personas de conseguir nuestra propia autonomía económica. La falta de empleo o la precariedad laboral tienen consecuencias que van más allá de lo económico: a través del empleo una persona participa en los procesos sociales, políticos, culturales...; en definitiva, contribuye al desarrollo económico y social.
Pero no todas las personas tienen las mismas oportunidades para acceder a un puesto de trabajo. Personas desempleadas de larga duración, mujeres, personas inmigrantes, solicitantes de asilo, personas sin hogar, quienes abandonaron el sistema educativo o tienen baja cualificación…, todas ellas son vulnerables respecto al empleo. Y esto aumenta su riesgo de pobreza y de exclusión social. En especial, las inmigrantes, por razones de origen, cultura, desigualdad social…, se encuentran con dificultades y barreras añadidas a la hora de acceder y mantenerse en el mercado de trabajo.
Desde el año 2000 Cruz Roja ha dedicado importantes esfuerzos a que las personas de difícil inserción social o alejadas del mercado laboral, y muy especialmente las personas inmigrantes, puedan acceder y mantener un empleo normalizado en igualdad de condiciones. Estos esfuerzos se han desarrollado en el marco del Programa Operativo Plurirregional “Lucha contra la Discriminación” (2000-2006), cofinanciado por el Fondo Social Europeo y del que Cruz Roja es un operador privado.
A lo largo de estos años hemos recorrido un camino que se resume en más:
 Igualdad de oportunidades en el acceso y mantenimiento en el empleo de las personas que han participado en nuestras iniciativas de inserción laboral.
Empleabilidad de estas personas, reforzando sus posibilidades y capacidades para acceder al mercado de trabajo en igualdad de condiciones.
Inclusión social.
En Cruz Roja trabajamos para que todas estas personas, de difícil inserción laboral o alejadas del mercado de trabajo puedan, en igualdad de condiciones, acceder y mantener un empleo normalizado, y de esta forma conseguir mucho más que un trabajo.
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