a. Prevención
Procura tener siempre una buena iluminación en casa.
Evitarás un buen número de tropezones y de caídas innecesarias.
Para acceder a lugares altos utiliza escaleras estables. Los taburetes pueden ser peligrosos.
Pon algún material antideslizante en el suelo de la bañera si notas que no es suficientemente "estable".
Para limpiar los suelos utiliza productos que no los conviertan en una superficie resbaladiza, como ocurre con los abrillantadores o las ceras. Evita pisar suelos mojados.
Nunca dejes a un niño pequeño solo sobre una superficie elevada: cambiadores, tronas, mostradores, taburetes...
Coloca barandillas altas o cierres de seguridad en los lugares peligrosos como ventanas, escaleras, balcones...
El "orden" en la casa es de gran ayuda para prevenir los accidentes: acostumbra a los niños a que aprendan a recoger sus juguetes, una vez hayan terminado de jugar.
b. Primeros auxilios
Las lesiones más habituales son las contusiones, las lesiones articulares (esguinces, luxaciones) o incluso, la fractura de algún hueso.
La aparición de inflamación o hinchazón (chichón) en la zona afectada indica que ha habido un traumatismo local interno, que suele acompañarse de dolor más o menos intenso.
Como pauta general tras una caída, si la víctima manifiesta un dolor acusado en una zona concreta, y/o observas una deformidad evidente en la misma, no la fuerces a moverse ni a ponerse de pie (si no puede hacerlo por sí misma).
Mantén en reposo la zona afectada, sin moverla, aplica frío localmente (hielo envuelto en una compresa) para calmar el dolor, y dependiendo de la intensidad de éste, considera la necesidad de pedir ayuda al 112, para que sean ellos quienes valoren la posible gravedad de la lesión.
Si tras un golpe en la cabeza la persona sangra por el oído, tiene vómitos o pierde el conocimiento, pide ayuda cuanto antes: llama al 112.