

Como ya te imaginarás, el centro de la sociedad es la persona, el individuo, el ser… como quieras llamarnos. A lo largo de la historia, muchos pensadores se han preguntado acerca de la naturaleza del ser humano, siendo cada respuesta una forma de ver el mundo, una Filosofía.
Seguro que más de una vez te has preguntado…
¿quién soy yo¿, ?cuál es el sentido de la vida?,
¿qué nos hace felices?
Son preguntas difíciles que necesitan respuestas. Sin embargo, esas respuestas no nos vienen dadas... ¿por qué? Para ayudarnos a vivir nuestra propia vida. Es decir, no hay una respuesta única ni todas nos sirvan, pero lo que sí está claro, es que solo la puede encontrar uno mismo.
¿Sabías que...
En griego filos significa “amor” y sofía corresponde a “sabiduría”?
El ser humano es un ser social, es decir, vive en sociedad, interactuando con ella. Todos tenemos una “zona de confort”. Este es un concepto que ahora está muy de moda, pero que no es más que un nombre “guay” para referirnos a lugares, situaciones, personas o ambientes en los que nos sentimos cómodos y seguros.
Seguro que has escuchado la expresión “salir de la zona de confort”, es decir, arriesgarnos a salir de este estado de “seguridad” para conocer cosas nuevas. Esto no significa abandonar tu centro o tu casa, sino cruzar fronteras en tu cabeza o en tu corazón.
Es decir...salir de lo conocido y abandonar la costumbre, ya sea probando un nuevo deporte, una acción social, hablando con una persona que piensa distinto a ti o yendo a un nuevo supermercado… Eso sí, primero tienes que estar a gusto contigo mismo y con tu espacio.
Pero… ¿qué tiene que ver mi “zona de confort” con la sociedad?¡Mucho!
¡La sociedad te necesita igual que tú la necesitas a ella!
“Solo puedes llegar más rápido, pero en el encuentro con otros, llegarás más lejos.” (Proverbio chino)
Cada cambio que introduces en tu vida tiene una repercusión o genera un cambio sobre los demás, por pequeños que sean.
- A través del voluntariado:
- Formándote y trabajando:
Ahí fuera hay gente que necesita> de otros para seguir viviendo. Por ello, si tienes tiempo para dedicar a los demás… ¡anímate! Te darás cuenta de que no solo les estás aportando tú a ellos, sino que también ellos te aportarán a ti infinidad de lecciones que te hagan ver la vida desde distintas perspectivas.
Haciendo todos pequeñas acciones, podemos lograr construir una sociedad mejor.
Al trabajar estarás aportando tu conocimiento teórico y técnico para darles a los demás un servicio que necesitan.
Encuentra algo que te apasione y ve a por ello. Esto te convertirá en un buen profesional (pues quien hace algo que le gusta, lo hace con más ilusión y empeño) y te permitirá estar más cerca de ser feliz, (pues quien hace algo que le gusta está bien consigo mismo). Además, en el camino encontrarás a compañeros de viaje que seguramente enriquezcan tu vida.
No te vamos a mentir...estudiar y trabajar puede ser estresante. Hay que dedicarle tiempo para recoger frutos, pero merecerá la pena...porque sentir que eres bueno en algo es muy reconfortante.
Al trabajar estarás poniendo tu talento y tu experiencia al servicio de los demás.
Madre Teresa de Calcuta decía: quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Tú, con tus circunstancias, puedes aportar muchas cosas a la sociedad. Porque una persona que ha vivido tanto como tú, no solamente puede inspirar, sino también enseñar y dar ejemplo.