

¡Es la hora de la verdad! Llega el momento más deseado, pero también más temido por todos… ¡La entrevista! Esta es la fase del proceso de selección en la que te analizarán a fondo, para ver si eres el candidato idóneo para el puesto que ofertan...así que ¡a demostrar lo que vales!
La preparación es esencial, pero ¡ojo!... ¡Preparar no significa memorizar y repetir como un loro! Con preparación nos referimos a que hagas una pequeña (pero, intensiva) investigación sobre el puesto al que quieres presentarte y la empresa que te lo está ofreciendo.
Es interesante que conozcas datos sobre su fundación, el sector en el que trabaja, cuál es su producto estrella o su principal competidor...y lo más importante: los valores que la definen.
Otra parte de esta investigación debería ir dedicada a su Política de Vestimenta e Imagen (para que nos entendamos: las normas de vestuario), por las que la empresa determina cómo sería ideal que vistiesen sus empleados con objetivo de proyectar la imagen de la empresa. Te recomendamos que te bases en esas normas para vestir el día de tu entrevista, eso sí, ¡adáptalo de manera que te sientas cómodo/a con ello!
- Muéstrate interesado por la empresa y motivado por el puesto... ¡haz preguntas!
- Haz escucha activa y ¡cuidado con interrumpir!
- ¡Sé sincero!
- ¡Sé educado! Trata de usted…¡a no ser que te digan lo contrario!
- Evita criticar tu formación anterior, tu anterior trabajo o a tus antiguos jefes y compañeros. ¡No está bien visto!
- ¡Tú puedes! Demuestra que confías en ti mismo.
- “Háblame de ti”
Una de las preguntas más difíciles de responder...sin duda.
No te están pidiendo que le cuentes tu vida, tu color favorito o en qué lado de la cama duermes; sino un resumen del resumen de tu carrera profesional hasta el momento.
Es adecuado contar que has hecho, qué resultados has tenido o estás teniendo, cuáles son tus objetivos y aspiraciones, y el por qué estás ahí hoy. - “Cuál es tu debilidad”
En esta pregunta seguro que estamos de acuerdo en que no podemos escoger una debilidad muy catastrófica (si busco que me contraten en una empresa que no tolera la impuntualidad, contar que soy impuntual no me va a dar muchos puntos...). Lo más adecuado sería escoger una que tenga solución y contar qué técnica estás utilizando para mejorar en ese aspecto. - “Cuál es tu punto fuerte”
¡Esta es fácil! Escoge un valor que te defina y que además puedas relacionar con los valores de la empresa, que te haga sentir identificado. - “Por qué has aplicado”
¡Esta pregunta es una gran oportunidad para demostrar esa pequeña investigación que has hecho! Cuéntales qué cosas te han llamado más la atención y lo que sepas y te guste de su manera de trabajar. Vamos, que no parezca que has caído allí de rebote. - “Por qué motivo dejaste el anterior empleo o fuiste despedido”
¡Pregunta trampa! ¡Recuerda que criticar no está muy bien visto! Algunas respuestas adecuadas son “no llegamos a un acuerdo”, o “tenía ganas de cambiar de aires”, “no se ajustaba a lo que buscaba”... - “¿Tienes alguna pregunta?”
La respuesta es SÍ. No te quedes nunca con las dudas. Una buena pregunta en este momento es ¿podría contarme más detalles del puesto al que me presento? Esto demuestra interés por el puesto…¡por si no les había quedado claro!
Antes de irte, es importante dar las gracias por la oportunidad que te han brindado y el tiempo que han invertido en conocerte. Incluso, es buena idea mandar una carta de agradecimiento, tanto si eres seleccionado como si no. Si no lo fueses, muéstrate interesado en que contacten contigo si hubiese alguna otra vacante…¡nunca sabes si van a necesitarte en dos años, dos meses o dos horas!