Ahora que has salido del centro, puedes estar confuso sobre qué hacer, adónde ir y en qué orden dar los pasos para ahora vivir emancipado.

1. Buscar una vivienda no es fácil, por eso queremos dejarte un par de páginas web y Apps móvil donde podrás encontrar la opción que más se adapte a ti gracias a sus filtros de búsqueda como zona o rango de precio que puedas permitirte pagar. Además, si utilizas estas plataformas te ahorrarás pagar comisión a la inmobiliaria pues contactas directamente con el arrendador.

Si no te convence ninguna de estas páginas, puedes recurrir al método tradicional e ir a escuelas de idiomas, centros de formación y/o universidades y echarle un ojo a los tablones de anuncios, donde muchas veces encontrarás carteles de estudiantes (y no estudiantes) que buscan compi de piso.

A veces, también preguntando a amigos o conocidos, puedes encontrar a gente en la misma situación que tú y podéis poneros de manera conjunta manos a la obra para encontrar piso. ¡O incluso subiendo una historia a Instagram puedes conseguir que alguien contacte contigo!

2. Alquilar un piso conlleva un gasto económico importante. Te recomendamos que busques un piso compartido...¡menos gastos!

Si no tienes dinero para alquilar, existen algunos recursos como organizaciones que disponen de plazas residenciales: Albergues municipales, Centro de Acogida e Inserción, Cáritas, Red Acoge, Casa Oberta, CEPAIM...

3. El momento de la verdad... la visita al piso.

La imagen, es importante. Por eso, a la hora de ir a ver un piso debes transmitirle confianza a la persona que te lo va a enseñar e ir con una vestimenta adecuada para la situación. No hace falta que vayas igual que a una entrevista de trabajo o a una boda, pero ve vestido de manera formal.

Otra cosa importante es la educación. Cuando quedes con la persona que te va a enseñar el piso no olvides dar nunca los buenos días o las buenas tardes, y dar siempre las gracias. ¡La gente maleducada no le gusta a nadie! Empieza hablándole de “usted” hasta que te diga que puedes tutearle. Así crearás una buena impresión.

Si vas a compartir piso con gente que no conoces, es normal que quieran saber un poco cómo eres antes de que te digan que puedes convivir con ellos. Es importante demostrarles que eres una persona responsable y respetuosa. El respeto es esencial en una convivencia (¡bueno, y en todos los aspectos de la vida!) Por ejemplo, si sabes que tu compañero de piso tiene algo importante al día siguiente...no es lo más respetuoso hacer una fiesta la noche de antes; o si uno de tus compis de piso es alérgico al pelo de perro... no es lo más adecuado que traigas un animal a casa. También pueden preguntarte sobre tus hobbies, qué estudias, si te gusta o no cocinar… No te pongas nervioso porque no hay respuestas correctas o incorrectas, ¡sé tú mismo! Todos solemos buscar gente afín a nosotros para convivir...sin embargo, aunque no seáis tan compatibles... puedes tener una gran experiencia y aprender mucho de los demás.

Si las primeras visitas a pisos de alquiler no van bien, no te preocupes y sigue buscando. De todo se aprende.

4. Si has encontrado piso... tendrás que firmar un contrato y te surgirán mil dudas sobre el papeleo.

Cuando alquilas un piso firmarás el llamado contrato de arrendamiento entre el arrendador, es decir, la persona que pone el piso en alquiler, y el arrendatario, tú, quien alquila el piso.

Es normal que te pidan que prestes una fianza: una cantidad de dinero que le das al arrendador para garantizar que vas a cumplir con tus obligaciones. Si todo está en buen estado al final del arrendamiento te la devolverá. De esta forma, te ves obligado a cuidar la casa, para no perder el dinero depositado. Por ejemplo: si has dado 300 euros de fianza y, al entregar las llaves de la vivienda un año después, el arrendador se encuentra las paredes del salón destrozadas por la última fiesta que hicisteis, entonces el arrendador puede tomar la fianza que le diste al firmar el contrato para arreglar las paredes.