

Desde hace siglos, el alcohol forma parte de la costumbre en muchas culturas. Su consumo está tan extendido en ellas que lo ha convertido en la droga más integrada, normalizada y consumida en España, ganando por goleada al tabaco y al cannabis. Sin embargo, esto hace que también sea la más problemática para tu seguridad, tu economía, tus relaciones sociales y tu salud tanto física como mental.
Si tienes un diccionario a mano, busca la palabra DROGA. Vendrá definida como: Sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno.
Es decir, que hay 3 tipos de drogas: las que te ponen a tope (estimulantes), las que te dejan muy relajado o incluso te dan sueño (depresoras) y las que te hacen flipar (alucinógenas).
¿Sabrías decir si el alcohol es una de ellas? Si crees que sí... ¿cuál?
Efectivamente, el alcohol es una droga. Pero quizá hayas podido pensar que es estimulante, por la euforia y la desinhibición que produce… pero no.
El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central, es decir, una sustancia que va empeorando progresivamente las funciones cerebrales como el autocontrol, la atención, la coordinación, la memoria… Por eso una persona que ha consumido tiene un comportamiento menos cohibido, la coordinación un poco trastocada, se le traba la lengua o tiene “lagunas” a la mañana siguiente.
¿Sabías que...
La graduación de una bebida indica, aproximadamente, el volumen de alcohol etílico que contiene? Es decir, si tu vodka tiene 37º, contendrá un 37% de alcohol puro.
En su consumo se definen dos claros patrones: el consumo “ligero”, más moderado y continuo (la cervecita del tapeo o la copita de vino en las comidas) y un consumo “en atracón” o “binge drinking” (los botellones y el “pedo” del fin de semana).
Aunque el primer patrón se asocia más a personas adultas y tiene una tendencia descendente, el segundo afecta más a los jóvenes y lleva años ascendiendo de forma exponencial, lo que ha disparado la señal de alarma.
“Nos preocupa que muchos adolescentes salen con ganas de comerse el mundo y terminan bebiéndoselo.”
(Ignacio Calder n, Director General de la FAD.)
A continuación, te dejamos el por qué.
1. Si no bebo, ¿soy el raro? — La dependencia bio-psico-social.

¿Saldrías de fiesta sin beber? ¿Podrías divertirte sin alcohol? ¿Tienes algún amigo que “antes no bebía” y ahora “es el peor” o alguno que dice “soy bebedor social”? En la mayoría de casos el consumo de alcohol se relaciona con actos sociales, ya que sus efectos llevan a pensar que “mejora las relaciones con los demás”, “sirve para integrarse” o te hace “más adulto”. Es un hecho que la presión de grupo hace probar y lo atractivo de sus efectos hace repetir, y si no, recuerda cuándo fue tu primer cubata… ¿Fue en las fiestas del pueblo?¿en el botellón del cumple de un colega?...
¿Y tú? ¿Lo haces porque quieres o porque lo hace todo el mundo? Piénsalo.
2. Ahogo mis penas. — La dependencia emocional.
El alcohol no ayuda a olvidar, y si no, ¿alguna vez te has pegado una buena llorera con un amigo en plena noche de fiesta? Es hora de destapar esta creencia popular pues… ¡es un mito! El alcohol no es un buen antidepresivo. De hecho, según un estudio reciente de la revista Translational Psychiatry, incluso afianza más las malas experiencias en la memoria. Beber no ayuda a solucionar problemas ni a resolver conflictos. ¡Olvida los cubatas!
Si lo necesitas, pide ayuda a tus seres queridos o acude a un profesional. ¡Ellos podrán ayudarte más que 25 cl de bebida con misterio!
¿Y tú? ¿Bebes para olvidar?
3. Yo controlo. — Los efectos a corto plazo.
La consecuencia más conocida por todos es la intoxicación etílica, que puede ser leve, moderada, grave o llevar a la persona al coma etílico o incluso a parada cardiorrespiratoria.
Qué hacer ante una intoxicación alcohólica grave.
- Valorar signos: palidez, mareos, vómitos, sudoración extrema, somnolencia, pérdida de sensibilidad y de reflejos, dificultad para hablar, caminar o mantenerse en pie, desmayo o pérdida de conciencia.
- Llamar al 112.
- Comprobar si está consciente (si no lo está, PROHIBIDO dar de comer o beber, podría atragantarse o ahogarse)
- Comprobar si respira:> en caso afirmativo colocar en posición de seguridad para evitar que, en caso de vómito, provoque una insuficiencia respiratoria. En caso negativo, comenzar RCP (si no sabes cómo hacerla, te lo explicamos en el Capítulo 4)
- Arropar(evitar la hipotermia)
- Acompañar y estimular (hablar para evitar la inconsciencia)
Otras consecuencias negativas también importantes son las discusiones, actitudes violentas e incluso agresiones con familia o amigos o problemas en los estudios.
Además, el consumo puede facilitar conductas de riesgo como mantener relaciones sexuales no seguras que puedan provocar embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual.
Y, por último, pero no menos importante, los riesgos en la conducción...que no son pocos. Entre ellos:
- Falsa seguridad al volante, lo que lleva a asumir más riesgos.
- Aumento de las conductas agresivas e impulsivas, que llevan a cometer más infracciones.
- Reducción de la concentración y la agudeza visual (peor cálculo de distancias y velocidades, mayor deslumbramiento y sequedad ocular).
- Reducción de la coordinacion y el equilibrio, además empeora nuestros reflejos y capacidad de reacción para tomar decisiones.
¿Conoces...
El famoso anuncio de televisión de la DGT “Si bebes, no conduzcas”, protagonizado por Stevie Wonder, cantautor americano, en 1985? Seguramente no habías ni nacido, pero te recomendamos que lo veas ¡fue un auténtico fenómeno y fue el origen del famoso slogan que ha perdurado hasta día de hoy! Puedes verlo en plataformas digitales como YouTube.
4. Hola, soy X y soy adicto/a — Los efectos a largo plazo.
El alcoholismo o dependencia al alcohol es una enfermedad. Sí, lo es.
Se caracteriza por un gran deseo por el alcohol que lleva a su búsqueda y consumo de forma abusiva e incontrolable. Es una enfermedad progresiva que además de los problemas ya comentados que aparecen a corto plazo y se mantienen en el tiempo, se le sumarán otros nuevos a nivel psicológico, intelectual y físico. Hay dos conceptos relacionados con el consumo de alcohol que es interesante que conozcas: la tolerancia y el conocido “mono” o Síndrome de Abstinencia. ¿te suenan?
La tolerancia es la necesidad de consumir más cantidad para notar los mismos efectos. Es un fenómeno que probablemente ya hayas experimentado, porque lo sufren TODAS las personas al consumir alcohol. ¿Te acuerdas de las primeras veces que saliste de fiesta y bebiste? ¿Te emborrachaste con sólo dos vasos y ahora aguantas mucho más? Esto es la tolerancia. El cuerpo “se acostumbra” y no reacciona igual.
- El “mono” o Síndrome de abstinencia es el conjunto de síntomas producidos por la interrupción brusca de la ingesta de alcohol en una persona con dependencia física a este.
Son temblor, sensación de que el corazón late muy rápido, insomnio, náuseas, sudoración…incluso alucinaciones o convulsiones en caso de grandes bebedores.
Si estos dos fenómenos ocurren a la vez, las personas beben más y más (debido a la tolerancia) y muchas veces al día con poco tiempo de descanso entre ellas (para evitar el “mono”). De esta manera, el alcohol toma un papel importante en sus vidas hasta el punto de convertirse en una necesidad. Se convierten entonces en enfermos con dependencia del alcohol o lo que es lo mismo: adictos a la bebida o alcohólicos.
Existen cuestionarios para detección precoz (screening) del alcoholismo.
El más extendido es el Cuestionario CAGE. Consta de las siguientes preguntas:
- ¿Ha sentido alguna vez que debe beber menos?
- ¿Le ha molestado que la gente lo critique por su forma de beber?
- ¿Alguna vez se ha sentido mal o culpable por su forma de beber?
- ¿Alguna vez ha necesitado beber por la mañana para calmar los nervios o eliminar molestias por haber bebido la noche anterior?
La valoración se hace según las respuestas afirmativas: si respondes con un sí solo a una respuesta eres bebedor social; si respondes sí a dos, consumidor de riesgo; a tres, consumidor con efectos perjudiciales y si respondes de forma afirmativa a las cuatro preguntas, podrías tener dependencia al alcohol.
No todas las personas que “salen de cañas” o “se pillan la borrachera los sábados” terminarán siendo alcohólicas, pero 1 de cada 10 mujeres y 2 de cada 10 hombres puede que sí. Por ello, es muy importante tener claro qué es ser consumidor de riesgo.
Un consumidor de riesgo es aquel en el que están aumentadas las probabilidades tanto de tener problemas de salud en un futuro por causa del alcohol, como de convertirse en una persona dependiente.
¿Quieres hacer una valoración individual de tu consumo de alcohol?
SUMA Y REFLEXIONA.
Una UBE, es la Unidad de Bebida Estándar, y se utiliza como forma rápida y práctica para conocer los gramos de alcohol consumidos.
UBE = 10 gramos de alcohol
1 UBE = una copa de vino o una caña de cerveza o un carajillo o un chupito.
¡CUIDADO! Una copa de coñac o licor, o whisky o un cubata = 2UBE
(¡Porque llevan más alcohol, ya lo sabemos!)
¿Y cómo usamos esto? Existen unos límites máximos estandarizados separados por sexo para el consumo diario, semanal y ocasional.
- Límite máximo de consumo diario: Mujeres 2 UBE Hombres 4 UBE
- Límite máximo de consumo semanal: Mujeres 17 UBE Hombres 28 UBE
- Límite máximo de consumo ocasional: Mujeres 4 UBE, Hombres 6 UBE
Tu consumo no debería superar ninguno de estos límites, si no, podrías ser consumidor de riesgo.

Si quieres hacerlo más rápidamente, aquí te dejamos la “Calculadora de consumo de alcohol, ¿ves lo que bebes?” de la página web de la Generalitat de Cataluña. Veus-el-que-beus
5. Personas vulnerables — Los efectos en casos concretos.
Hay a ciertas personas a las que el alcohol puede hacerles tanto daño, que, para evitar esos efectos tan perjudiciales se está haciendo campaña por el “CONSUMO 0”.
Menores de 18 años.
¡Tu cuerpo todavía está “madurando”! Cerebro, hígado y páncreas son muy vulnerables al daño producido por el alcohol. Además, el consumo en edades tempranas también aumenta el riesgo de alcoholismo y/o abuso en la edad adulta.Embarazo o período de lactancia en mujeres.
A las mujeres embarazadas se les insiste mucho en que no beban alcohol durante el embarazo. ¿Por qué? Se ha demostrado que pueden causar daños en el bebé como problemas de comportamiento o durante el desarrollo, malformación de órganos...incluso aborto espontáneo.
¡No hay un consumo mínimo seguro para evitar esto durante el embarazo!.
¿Sabias que...
El Síndrome Alcohólico Fetal es en nuestro país la tercera causa de retraso mental grave y la más fácilmente evitable? ¡CONSUMO 0! es en nuestro país la tercera causa de retraso mental grave y la más fácilmente evitable? ¡CONSUMO 0!
- Ingesta de determinados medicamentos o drogas psicoactivas.
Cuando un sanitario va a decidir si darle un fármaco a un paciente debe hacer una valoración riesgo-beneficio, es decir, ver si merece la pena asumir algunos riesgos para obtener ciertos beneficios. La mayoría de veces, los efectos beneficiosos son taaaaaaaaaaaaaan superiores, que se decide dar el fármaco.
Sin embargo, el consumo de alcohol hace que esos riesgos aumenten muchísimo y conviertan al fármaco que nos va a salvar la vida, en el aliado del alcohol para hacernos más daño.
¿Y ahora qué? (Nunca mejor dicho…)
No pretendemos asustarte, ni darte lecciones (nosotras también nos tomamos nuestras cervecitas de vez en cuando), sino poner a tu disposición esta información tan importante para que seas un consumidor responsable y sepas ayudar a cualquier amigo, conocido o desconocido si ha sufrido una intoxicación o crees que puede tener un problema de dependencia.
Aquí te dejamos algunos consejos para evitar estas dos situaciones.
Durante el consumo:
- Conoce tus límites y bebe con moderación, poco a poco.
Olvida el “a ver si vacías el vaso” o “vamos a hacer un hidalgo”. Beber de golpe provocará efectos más difíciles de controlar. - Come antes y durante.
Tener el estómago lleno ayudará a que tu cuerpo absorba más lentamente el alcohol. Así, podrás controlar más tu consumo y evitarás en gran medida los síntomas digestivos al día siguiente. - Bebe agua entre cubata y cubata.
Este consejo es el más típico, pero también el más eficaz. Pero ¡ojo! Beber agua evita la deshidratación, pero no aumenta su eliminación.
Es decir, no hará que “se te baje el pedo” antes, sino que evitará la sensación de deshidratación al día siguiente (boca y piel secas, dolor de cabeza…).
Al día siguiente:
- Date una buena ducha para despejarte.
- Haz algo de ejercicio moderado: dar un paseo, hacer un par de largos en la piscina…
- Bebe mucha agua, bebidas isotónicas o zumos de frutas: te ayudarán a hidratarte y a reponer vitaminas y minerales.
- Toma leche… ¡esto no es un mito!
Calma la inflamación del estómago y es rica en calcio, vitaminas y cisteína, una pequeña molécula que te ayuda a digerir mejor el alcohol. - ¡Comidas ligeras pero muy nutritivas!
La resaca también trae síntomas digestivos como dolor de estómago y la terrible diarrea. Por ello, es importante que evites comidas muy pesadas y grasas. - Descansa
¿Sabias que...
La idea de que tomar cerveza es bueno para la resaca es un mito?
Beber cerveza al día siguiente NO disminuirá tu resaca. Estarás aportando más alcohol al cuerpo, lo que POSPONDRÁ los efectos de la resaca, pero NO los ELIMINARÁ.
¿Sabias que...
La idea de que el paracetamol es bueno para la resaca es un mito?
El paracetamol NO es bueno para evitar la resaca. De hecho, es uno de esos fármacos que, en combinación con el alcohol, puede causar daño en el hígado. Es mejor que lo evites.
-
“El alcohol no es una droga”
Sí es una droga. La Organización Mundial de la Salud define droga como: “sustancia que, al introducirla en el organismo, produce en el individuo modificaciones en su estado psíquico (percepciones, emociones y conducta)...” El alcohol concuerda perfectamente en esta definición. -
“El alcohol ayuda a dormir mejor”
La noche después de una borrachera puede parecerte que has dormido “como un tronco”, pero no...aunque te quedarás dormido rápido y el sueño será profundo NO SERÁ REPARADOR. ¡Hay que recuperarlo! -
“El alcohol ayuda a entrar en calor”
El alcohol produce una sensación inicial de calor por la dilatación de los vasos sanguíneos de la superficie de la piel. Sin embargo, al poco tiempo la temperatura interior del cuerpo disminuirá y sentirás más frío. -
“El alcohol afecta a todos por igual”
Está aceptado por la ciencia que existen personas más susceptibles que otras. Esto depende de muchos factores como la genética, la raza.... -
“Una café hará desaparecer la borrachera”
No. Evita el café. Es una bebida diurética, es decir, hace que hagas más visitas al baño para hacer pis . Esto provocará mayor deshidratación y ¡buscamos justo lo contrario...rehidratarnos!
Puedes estar leyendo estas líneas por muchas razones: porque has detectado que tienes un problema con la bebida y quieres solucionarlo, porque quieres ayudar a alguien, por curiosidad, por obtener información...
La dependencia del alcohol es una enfermedad muy invalidante por las consecuencias sociales, económicas y de salud que conlleva. Localizarla a tiempo (ya sea por uno mismo o por cualquier persona a nuestro alrededor) es la mejor estrategia para ponerle una solución temprana, efectiva y curativa.

Pero…¿Cómo se pone solución? ¿A quién debo acudir?
Lo más rápido y accesible para empezar es acudir al Médico de Atención Primaria. Cuéntale el problema con tranquilidad y muéstrale tu interés por buscar una solución. Te escuchará y valorará tu situación para derivarte a algunos médicos especialistas que evaluarán y controlarán tu estado de salud. También te referirá a los Centros de Atención a las Adicciones de tu Comunidad Autónoma, lugares en los que se presta atención personalizada individual o en grupos de forma ambulatoria.

Hay algunas organizaciones muy conocidas.
Alcohólicos Anónimos es una comunidad internacional de hombres y mujeres que han tenido o tienen un problema con el consumo de alcohol.
Es completamente gratuito y cualquier persona puede formar parte, ya que no hay ningún requisito para entrar más allá que las ganas de ponerle solución al problema con la bebida.
Su objetivo principal es llevar el mensaje de recuperación al alcohólico que busca ayuda mediante reuniones llenas de historias de superación muy inspiradoras y esperanzadoras. Los miembros comparten su experiencia con el alcohol, cómo llegaron a la comunidad, y, lo más importante, cómo han cambiado sus vidas como resultado de A.A.
“Juntos podemos hacer lo que ninguno de nosotros puede hacer solo.”
(Alcohólicos anónimos)