

Tener relaciones sexuales es una opción, como también lo es no tenerlas. Tú decides. Si las vas a tener, no hay nada más excitante que saber que la persona con quien estás compartiendo una experiencia sexual está disfrutándolo al 100% y que no hay nada más que prefiera estar haciendo en ese momento, ¿verdad?
Pero…¿cómo puedes saberlo?
Puedes pensar que “bueno, eso se nota”. Y sí, muchas veces es así, pero otras muchas el lenguaje corporal no es tan evidente o puede que hagas algo que no le guste o le incomode y le haga pasar del 100% a un 70%...o menos.
Así que, para evitar dudas…¡pregunta! “¿esto te gusta?”, “¿estás disfrutando?”, “¿a ti qué te gusta hacer/que te hagan?” el respeto es la clave, y también, e igual de importante, dí lo que a tí no te gusta, o lo que no quieres hacer..."¡hablando se entiende la gente!".
¿Conoces la definición de consentimiento? La verdad es que es un tema complicado de definir. Dar consentimiento significa estar de acuerdo con realizar cierta actividad, en este caso, con mantener relaciones sexuales. Actualmente en España, es necesario un claro “sí” por parte de todos los participantes para dar consentimiento a la actividad sexual. Si nos referimos a relaciones sexuales con penetración, la edad mínima para expresar tu consentimiento sexual en España son los 16 años. Es decir, es delito que una persona mayor de 16 tenga relaciones sexuales coitales con alguien menor de 16. Sin embargo, si las personas realizando el acto sexual coital son ambos menores de 16, no está considerado un delito.
Consentir y pedir consentimiento establece y hace respetar tanto tus límites personales como los de tu pareja sexual. ¡El consentimiento es sexy!
¿Conoces...
El ejemplo de la taza de té? El consentimiento es tan simple como ofrecer una taza de té.
Si tú le ofreces una taza de té a alguien y te dice que no, ¡no le hagas un té!
Y si alguien te dice que sí a la taza de té, pero dentro de un rato cambia de opinión y decide no tomársela, ¡no le obligues a beberlo!
Esto hace al consentimiento libre, específico, informado, reversible y entusiasta. ¿Qué queremos decir con esto?
- Libre: porque es una elección voluntaria.
Si una persona coacciona o intimida a otra para mantener relaciones sexuales, NO hay consentimiento. O, si la persona es incapaz de dar su consentimiento, por ser menor de 16, no sentirse preparada para ello o estar bajo los efectos del alcohol o las drogas; por supuesto que NO hay consentimiento. - Específico: porque acceder a una cosa, no significa consentir todo lo demás.
Es decir, que alguien te dé un beso NO significa que acceda a tener sexo contigo. - Informado: mentir u ocultar tus intenciones hace que las relaciones sexuales no sean consentidas.
Por ejemplo, mentir sobre una infección de transmisión sexual o no utilizar protección si la otra persona no ha accedido a ello. - Reversible: el consentimiento se puede retirar en cualquier momento... consentir una vez no significa consentir para siempre.
Si una persona está desnuda en tu cama, pero te dice que no...NO hay consentimiento (por mucho que antes dijera que sí). O, sí a la mañana siguiente tú quieres repetir, pero la otra persona no...NO hay consentimiento. - Entusiasta: porque la persona debe expresar activamente su consentimiento.
Solamente “sí” es sí. “No lo sé” o “bueno” NO es consentimiento.
Somos conscientes de que hay situaciones que son complicadas. Por eso lo más importante en estas situaciones es la comunicación, es decir, preguntar a la otra persona qué quiere hacer, hasta dónde quiere llegar o con qué se siente cómoda.
Y…¡recuerda! Ni la ropa interior que lleves puesta, ni tu maquillaje o tu peinado, ni estar de fiesta...absolutamente nada más que TÚ determina qué quieres hacer con tu cuerpo, cuándo, dónde, cómo y con quién.
No hay cosa más sexy que saber que la otra persona ha ELEGIDO compartir ese momento contigo.