En cuanto recibí la llamada, no tardé en dar una respuesta positiva. Sí, iba a intentar transmitir la pasión que tengo sobre las dos ruedas a gente joven, gente que necesitaba un empujón para ver los retos de otra manera. Yo pensé... claro!...¡qué mejor que una bicicleta y su entorno? Aparte de transmitir unos conocimientos básicos de mecánica, intenté adentrarles en un día a día del "cómo" para intentar llegar al "para qué". Dentro del "como" ha habido tres grandes pilares:

1) Comprender una la relación sana con el medio ambiente. Realizamos una salida en grupo haciendo parte del anillo verde de Vitoria-Gasteiz explicando el valor añadido que supone para la ciudad.

2) Conocer la industria del sector. Realizamos una visita a la fábrica de bicicletas Orbea, así como a la distribuidora alavesa Velimsa. Nos explicaron los diferentes procesos de fabricación hasta llegar al producto final y nos hicieron una fotografía aproximada del mercado de la bicicleta en España.

3) Taller de comunicación por parte de una actriz de teatro voluntaria: se pusieron a su disposición herramientas de comunicación para afrontar las entrevistas y la atención al cliente con seguridad, positivismo y garantías. El "para qué" depende de cada uno de ellos... si hemos conseguido transmitirles esa pasión, comienza para ellos un camino con mucho futuro, un camino con no mucho tránsito donde todavía es cómodo andar, un camino donde (sin engañar a nadie) les queda muchísimo que aprender, donde si se encuentran se sentirán realizados. Para mí ha sido una experiencia muy gratificante el ver la ilusión en cada reparación bien hecha, en ver cómo atendían a un cliente, en... simplemente... ver cómo disfrutaban del aire fresco en la cara mientras descubrían una salida profesional... Ya han cargado parte de la mochila de este mundillo en alza y, si les gusta, sólo tienen que utilizar sus herramientas.