EN PRIMERA PERSONA

"Hay más gente guapa que gente mala"

"Con Cruz Roja, la sensación es que está ahí desde siempre. Desde pequeños la hemos visto continuamente, hemos crecido con ella. Forma parte de nuestra identidad. Y eso hay muy pocas organizaciones que puedan decirlo. Su personal ha estado presente en muchos momentos de nuestra vida: vigilando las playas, a pie de carretera, la fiesta de la banderita… ¡hasta en la película “las chicas de la Cruz Roja! Son como de la familia. Te hacen sentirte acompañado, protegido… Cuando vas creciendo te vas dando cuenta de su verdadera dimensión; de su reconocimiento nacional e internacional; de la valentía de sus miembros, siempre en primera fila en los conflictos, donde hay gente que respeta las reglas y gente que no, donde un obús puede caer en cualquier momento; y los ves ahí, con sus tiendas de campaña, sus camiones, atendiendo a la población… Admiro profundamente ese coraje, me reconforta la idea de que, donde haya un conflicto, no falla, allá van a estar ellos, jugándose la vida. Y luego, la admiración más próxima, pero igual de profunda, por sus voluntarios y voluntarias. Precisamente a uno de ellos le debo el haberme convertido en socio de Cruz Roja. A principios de los 90 estaba grabando una serie en televisión y yo veía como un cámara amigo mío se iba de voluntario a la sierra cada fin de semana, a colaborar con Cruz Roja. Entregaba su tiempo libre a ayudar a los demás. Su coche parecía un ambulatorio, llevaba de todo y era capaz de prestar auxilio en cualquier momento ¡hasta le vi poner unos puntos a un compañero! ¡Me dejó alucinado! Él me propuso colaborar de alguna manera con Cruz Roja y pensé ¡qué menos que una aportación económica, cuando otros están dando tanto! Y es que ves a los voluntarios y te das cuenta de una cosa: hay más gente guapa que gente mala. Muchísima gente dedica horas de su vida a ayudar a los demás. Y los ves con qué cariño tratan a la gente, en la playa, por ejemplo, cuando atienden a un niño con una picadura de medusa, o cuando facilitan que una persona discapacitada pueda disfrutar del mar… Los voluntarios son una de las cosas que más me atrae de Cruz Roja; ellos proporcionan a la organización su imagen más agradable, cercana y simpática. Todos estos son los motivos por los que yo no me apearía de Cruz Roja nunca, ni siquiera en este momento de crisis y recortes. Porque, además, puedes adaptarlo a tu circunstancia: estás contribuyendo con una cantidad un año, dos, y, si por cualquier cosa no puedes continuar con esa aportación, la reduces o la dejas un tiempo y luego vuelves a sumarte. Lo fundamental es saber que ayudas a los demás a través de una organización grande, que siempre está en primera fila y que ya es un poco nuestra.” |
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