a. Prevención
Utiliza con cuidado los objetos cortantes o punzantes que hay habitualmente en el hogar, como cuchillos, tijeras, navajas, alfileres, etc. Enseña a los niños su manejo con explicaciones y con tu ejemplo.
No los dejes nunca a su alcance mientras no los sepan usar correctamente.
En las casas donde hay niños es conveniente proteger las esquinas de las mesas, los salientes y los muebles bajos de cristal.
Al vestir o al desnudar a los niños, ten cuidado con las cremalleras, pueden engancharse en la piel y producir heridas importantes.
b. Primeros auxilios
Antes de curar una herida, lávate bien las manos con agua y jabón. También al terminar.
A continuación, lava la herida con agua y jabón o con suero fisiológico a chorro para arrastrar la suciedad. Realiza la limpieza de dentro hacia fuera, para evitar la entrada de gérmenes en la herida.
En una gasa estéril, pon un desinfectante yodado (povidona yodada) y aplícalo sobre la herida, de dentro hacia fuera y sin tocar la parte de la gasa que vaya a entrar en contacto con ella.
Tápala con una gasa estéril sujeta con una venda o esparadrapo. sujeta con una venda o esparadrapo.
No emplees algodón ni alcohol para limpiar una herida.
No apliques polvos, ungüentos ni pomadas que contengan antibióticos, ni remedios caseros.
Nunca extraigas un objeto grande clavado en una herida, pues puede estar haciendo de tapón e impidiendo que sangre.
Inmovilízalo y consigue ayuda médica.