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Entrevista a una Coordinadora de Empleo de Cruz Roja
 


 

  Desde que en 1999 se puso en marcha el Plan de Empleo de Galicia, los proyectos se han diversificado en respuesta a las necesidades detectadas en los distintos territorios. Asimismo se ha ido ampliando la red llegando a diversos puntos de Galicia. El Servicio Gallego de Colocación en colaboración con la Xunta Galicia para la inserción de colectivos vulnerables fue la primera experiencia en empleo que puso en marcha Galicia en el año 1999.


En 2001, a esta iniciativa se sumó el proyecto Interlabora para la inserción laboral de personas inmigrantes extracomunitarias. El Proyecto Singra (2003-2006) se dirigió durante cuatro años a la recuperación de los territorios costeros afectados por del desastre del Prestige. En 2004 se puso en marcha el proyecto Galicia: Servicios Integrados de Empleo con el que pretendemos llegar a todo tipo de perfiles que presenten cualquier dificultad que les haga especialmente vulnerables frente al empleo. Los Programas experimentales de empleo trabajan desde 2006 preferentemente con perceptores de rentas mínimas.
Comenzamos a trabajar específicamente aspectos de sensibilización en 2006 a través del proyecto Empresa Aberta para la sensibilización de la población en general y en particular del tejido empresarial para lograr la inserción laboral de los participantes de los distintos proyectos de empleo en condiciones de igualdad.Finalmente en 2007 se pusieron en marcha Espacios de Búsqueda Activa de Empleo para facilitar a los y las participantes un espacio para la puesta en práctica de las habilidades adquiridas en los procesos de orientación.




  Los proyectos que se desarrollan a través del Plan de Empleo de Galicia, se han ido diversificando con el paso del tiempo. Si bien inicialmente nos centramos en el desarrollo de itinerarios personalizados con colectivos específicos, pronto nos dimos cuenta de la necesidad de ampliar esos colectivos al tiempo que especializamos algunos proyectos.


Uno de los pasos que marcó significativamente el rumbo del Plan de Empleo en Galicia fue la puesta en marcha de proyectos de trabajo con el entorno. Tras la consolidación de proyectos en los que poníamos el acento en la mejora de la empleabilidad de los y las participantes, vimos la necesidad de trabajar en la sensibilización de la población en general y del tejido empresarial en particular. El objetivo de estos proyectos es la sensibilización para la inserción sociolaboral en condiciones de igualdad.


Al tiempo que se fortalecía el plan, se establecen elementos de mejora entre los que destacaría la inclusión, como elemento prioritario, de la perspectiva de género en todas las actuaciones que se realizan.



  Sin duda el panorama que observamos hoy en día, en nada se parece a aquel, ya no tan cercano, 1999. En primer lugar me gustaría destacar cómo el número de profesionales así como el de voluntarios y voluntarias se ha ido ampliando y consolidando. Gracias al trabajo desarrollado por ellos y ellas no sólo se ha llegado a más personas en situación de vulnerabilidad sino que se ha llegado de forma más eficaz.


Para consolidar el plan y poner en marcha los nuevos proyectos que iban surgiendo, a lo largo de estos años se ha aumentado el número de financiadores tanto públicos como privados gracias a los cuales los recursos económicos necesarios para el respaldo de la actividad se han visto garantizados.



  Principalmente los participantes que representan el colectivo mayoritario presente en nuestros proyectos se corresponde con el perfil de mujer inmigrante. Si bien este perfil sigue siendo mayoritario, el porcentaje de participantes que tiene especiales dificultades de acceso al empleo como son las personas sin hogar, mujeres víctimas de violencia de género, personas que han estado en prisión… aumenta de modo significativo.


En los últimos meses, y dado el contexto económico en el que nos encontramos, se detecta una mayor afluencia de personas a quienes la pérdida del empleo les sitúa en una situación de vulnerabilidad. Esta circunstancia nos hace pensar en nuevos retos en los que estamos trabajando para atender a esas personas.



  Han sido hasta la fecha 6.500 las personas que han pasado por alguno de los recursos del Plan de Empleo de Galicia desde su puesta en marcha.


Son también participantes del Plan de Empleo las empresas colaboradoras. En las empresas encontramos cada vez más líneas de colaboración para la mejora de la empleabilidad de los participantes. Lo que en principio fue la búsqueda de ofertas de trabajo dio paso a colaboraciones para realizar estudios sectoriales, realizar prácticas en empresas, contar con apoyos para acciones de sensibilización y difusión, facilitar becas a alumnos y alumnas en formaciones impartidas por ellas… El número de empresas que colaboran y han colaborado en alguna de estas acciones supera las 1.000



  La tasa de inserción hasta el momento es del 39% de media del territorio de Galicia. Como media que es no refleja las especificidades de cada uno de los territorios de la comunidad autónoma que en ocasiones son significativos.



  La mayoría de las personas que presentan tasas de vulnerabilidad más elevada, podríamos enmarcarla en más de un colectivo. Es decir, puede que el hecho de ser inmigrante o mujer o tener una determinada edad… por si mismo no sea causa de las dificultades al acceso al empleo, pero cuando coinciden vemos como la vulnerabilidad se agrava. Si a ello le sumamos personas dependientes a cargo, las dificultades parecen, a priori, insalvables.


Dicho lo anterior, podemos señalar en términos generales a las personas sin hogar como las personas más alejadas del mercado de trabajo, con la necesidad de un itinerario intensificado apoyado en otras medidas de intervención social.



 
Aunque se trabaja por la lucha contra la segregación horizontal y la diversificación profesional de los y las participantes, la realidad del mercado de trabajo hace que la mayoría de ellos y ellas trabajen en sectores determinados como son: servicio doméstico, hostelería, comercio al pormenor y atención a personas dependientes.



 
El trabajo en red con entidades sociales (así como organismos especializados de las distintas administraciones) constituye una parte importante del trabajo tanto en proyectos de sensibilización como en aquellos dirigidos a la inserción sociolaboral de los y las participantes. De modo más o menos formal la colaboración va desde la pertenencia a foros como la “Mesa por el Empleo” y la participación conjunta en proyectos europeos como los proyectos Leonardo hasta la simple participación en encuentros informales de debate y actos conjuntos de sensibilización.


No siempre es fácil trabajar de forma coordinada, pero con el paso del tiempo hemos consolidado la colaboración de aquellas entidades cuyos objetivos y metodologías son afines al trabajo que realizamos optimizando conjuntamente los recursos.



 
En función de cada realidad territorial, los equipos de empleo establecen relaciones de cooperación con las entidades de su entorno. Como las relaciones con entidades sociales tienen diversos fines, la distribución de funciones es variada.


En primer lugar destacaría la derivación entre entidades como la mejor de las prácticas ya que nos permite optimizar los recursos: derivación a acciones formativas, a servicios de información, a actividades de participación ciudadana… Los foros sirven como punto de encuentro para analizar la situación y las necesidades de los colectivos a los que nos dirigimos; en ocasiones incluso sirven para unificar mensajes de cara al trabajo de sensibilización de las entidades como puede ser la guía para la contratación de personas para el servicio doméstico.



 
El mayor de los logros es la confianza de los y las participantes así como su nivel de satisfacción. Ellos y ellas son nuestra mejor tarjeta de visita.


No todos los objetivos del plan de empleo se miden a través de la tasa de inserción, la mejora de la empleabilidad de las personas es un aspecto difícil de medir pero que se evidencia en el trato con las personas y en la integración no sólo laboral sino social.


Por otra parte, otro aspecto a destacar es el resultado de las campañas de sensibilización que, si bien no ofrece datos cuantitativos, nos han permitido implicar en las mismas a todos los actores del mercado de trabajo (empresas, administraciones, entidades sociales, participantes…) haciendo que nuestro mensaje llegue más lejos.


Finalmente el éxito de iniciativas como la red de Espacios de Búsqueda Activa gestionados por voluntarios y voluntarias el medio rural pone a disposición de la población un espacio dotado de recursos TIC donde facilitar y acompañar la búsqueda de empleo.



 
 
 
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