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Entrevista a un Técnico de Empleo de Cruz Roja
 


 

  Junto a la, ya de por sí compleja, situación de desempleo, debe existir alguna otra dificultad que nos lleve a considerar a la persona especialmente vulnerable y, en virtud de la cual, su proceso de inserción laboral merece una atención o tratamiento determinado. Así, las personas que son discriminadas en función de su origen o procedencia, las que están sufriendo las consecuencias de un pasado (ex-reclusos, jóvenes con medidas judiciales), las víctimas de distintos tipos de violencia, y cuantas otras sufren incluso dobles discriminaciones (sexo y origen,…), quienes están en procesos de rehabilitación, o aquellas que carecen de las habilidades sociolaborales mínimas para el mantenimiento en el puesto de trabajo o las que deben adaptarse a un contexto socioeconómico completamente distinto o nuevo, son potenciales participantes.


El objetivo común en la intervención se basa en fortalecer sus capacidades y reducir la influencia de los factores asociados a su baja empleabilidad.



  En un amplio porcentaje, la propia demanda de trabajo conlleva urgencia e inmediatez, lo que es difícil de compaginar cuando no es sólo el acceso a un puesto de trabajo lo que conlleva la intervención. La solución a muy corto plazo es posible en muy contadas ocasiones y, en las más, la búsqueda de empleo va acompañada de una intervención social más o menos compleja o que requiere un proceso y, también, tiempo.


Quienes ya conocen los Servicios Integrados de Empleo de Cruz Roja, acuden no sólo por éxitos precedentes sino porque también reciben un trato y una atención “diferentes”, donde la escucha y la consideración a la persona y sus circunstancias marcan el sentido y devenir del itinerario individual.


  Muy diferente en función del momento en el que se encuentra cada persona. Partiendo de la idea de compromiso, se pretende que las personas sean conscientes de las dificultades que han de afrontar y de cuánto es necesario para superarlas. Distinguir entre lo que depende de uno/a mismo/a y lo que depende de los demás tiene que ver con esta pregunta y la anterior.


Partiendo de la idea de itinerario, éste pone la fuerza en el interés y la motivación de las personas por superar la situación en la que se encuentran; pero la implicación se ve, a diario, asediada por otras dificultades, como la de compaginar obligaciones familiares con la búsqueda de empleo, la de sortear los límites de un mercado excluyente,…


  Básicamente, y relacionadas con el Itinerario Integrado de Inserción, son de dos tipos las que pueden encontrar en el Servicio Integrado de Empleo:


-Acciones de Orientación profesional: recibir asesoramiento personalizado e información sobre las oportunidades del mercado laboral, talleres de búsqueda de empleo, conocer los espacios de búsqueda,...


-Acciones de Formación: para la mejora del idioma, de las habilidades sociolaborales; cursos de iniciación y refuerzo de profesiones demandadas por el mercado laboral,...


  Creo que desprenderse de todo aquello que esta sociedad, el comportamiento discriminatorio, y también en otras ocasiones su entorno próximo, ha volcado sobre sus espaldas: la intolerancia, el considerarlos diferentes, los prejuicios y los estereotipos, la propia ignorancia de quienes discriminan,…


Claro está que, para nuestros/as participantes, mejorar su empleabilidad pasa, sobre todo, por superar dificultades internas y externas, en ocasiones sin ningún tipo de apoyo, obligados a aceptar precariedad y temporalidad en lo que se les ofrece desde el mercado laboral.


Tanto como la información laboral, es fundamental promover la autoestima y lograr que crean en un proyecto personal, adecuado a la realidad laboral.


  encuentran empleo?

La relación con el Servicio Integrado de Empleo no se extingue en el momento de incorporarse a un puesto de trabajo, pues aún después hay que seguir luchando por el mantenimiento en el empleo, la mejora y promoción, y, aún con muchas personas, la diversificación profesional para lograr una verdadera integración laboral.


se acaban las actividades del programa?

Siempre es agradable contar con el agradecimiento de aquellos/as a los que Cruz Roja Española, a través del Plan de Empleo, ayudó a superar los obstáculos y en su integración social y laboral. Fomentar que sigan participando, ayudando a otras personas que se encuentran en su misma situación, es una buena manera de mantener la relación.

  ¿Ha notado evolución en la manera de pensar de las empresas en la inserción laboral de las personas en dificultad social? ¿qué tipo de evolución?


Creo que hay dos empresas (empleadores/as) claramente diferenciadas: las que conocen las ventajas de contar entre sus plantillas a participantes que han dado un buen nivel de respuesta, y las empresas que siguen aplicando en sus procesos de selección –cuando puede llamarse así- prejuicios y estereotipos que impiden, más que promueven, la inserción laboral de las personas. Las primeras, conscientes de los beneficios, siguen colaborando con los Servicios Integrados de Empleo y son nuestra mejor tarjeta de visita; se muestran más receptivas y nos utilizan como un referente de calidad. Respecto a las otras sigue siendo necesario realizar un trabajo de sensibilización.


En términos generales, y desde un punto de vista muy personal, no creo que empresas (y otros/as empleadores/as) hayan modificado significativamente patrones de conducta y sigue siendo necesario hacer un trabajo diario e intensivo para que perciban a las personas en función de su potencial y capacidades y no por su apariencia o imagen.


 
Habrá de todo tipo y seguramente dependa del momento concreto. En las más de las ocasiones, de la propia experiencia vivida. A lo largo del proceso de gestión de la oferta tratamos de minimizar los riesgos hablando de habilidades y capacidades; su oportunidad es la nuestra, por lo que tratamos de ser también compañeros de viaje con el seguimiento de el/la trabajador/a y la posibilidad de atender –siempre que se pueda- las incidencias e imprevistos que se presenten. Quienes lo consideren una buena acción quizás sea porque conocen ésta y otras facetas de CRE pero no será habitual y siempre lo harán pensando en lo positivo de la elección.


 
Considero que las diferencias entre empresas no se miden por el tamaño de las mismas, sino por la consideración que les merecen las personas que trabajan en ellas.


Indudablemente, la posibilidad de aplicar determinados criterios se ve favorecida por la existencia de políticas de empresa, más frecuente en empresas grandes y asociada a estrategias, por ejemplo, como la Responsabilidad Social Empresarial, si bien no tiene por qué ser siempre así.


Hay diferencias en cuanto a las jerarquías y organización del trabajo, en la aplicación de las normas y en las condiciones laborales, en la atención a las particularidades de las personas.


 
Tradicionalmente, construcción, hostelería y servicio doméstico y limpiezas son los sectores donde se ubican mayor número de ofertas y puestos de trabajo. No estoy seguro de que haya “sectores” más abiertos. Dependiendo del contexto empresarial del territorio en el que se trabaje, como mucho podemos reconocer los que han absorbido mayor número de empleados/as y tampoco estoy seguro de que visualizar esos sectores ayude sino a mantener determinados estereotipos, al seguir ocupando en los escalafones más bajos y las mismas ocupaciones a personas que podrían perfectamente ocupar otros espacios laborales.


 
 
 
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