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Uli Jaspers
Jefe de la Unidad de Agua y Saneamiento de la secretaría de Ginebra de la Federación International de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC).
Libertad González
Técnica de agua y saneamiento IFRC.
Pablo Suárez
Director de Programas del Centro del Clima IFRC.


 
 


“Debemos prepararnos para un clima que seguirá cambiando”

 
Director de Programas del Centro del Clima IFRC

 
 


El cambio climático es un proceso global que está modificando sutil pero clarísimamente el comportamiento de nuestro planeta. Los científicos lo anticiparon hace algunas décadas, y ahora estamos observando evidencias irrefutables: calentamiento gradual del planeta, derretimiento de glaciares, subida del nivel del mar, cambio en los patrones de lluvias y vientos, y nuevas condiciones de temperatura y humedad que hacen que plantas y animales ahora vivan en lugares donde antes no podían sobrevivir. 


Estos cambios están relacionados con la contaminación que hemos estado emitiendo a la atmósfera, y lamentablemente sabemos que los cambios van a continuar en las próximas décadas. Cuanto más reduzcamos la contaminación, menos dramático será el cambio...  pero debemos prepararnos para un clima que seguirá cambiando. 


 


El clima de nuestro planeta siempre ha sido dinámico y cambiante, pero lo que está pasando ahora no tiene precedentes y tiene que ver con los cambios que nosotros los humanos estamos produciendo en la química atmosférica. En el pasado se dieron diversos  cambios en el clima por cuestiones naturales, como cambios en la órbita de nuestro planeta, o erupciones volcánicas. Ahora vemos que los cambios que estamos observando no pueden explicarse exclusivamente por causas naturales. También sabemos que durante más de un siglo hemos estado agregando dióxido de carbono y otros gases que llamamos "de efecto invernadero" (dejan pasar la luz del sol, pero retienen más calor en nuestra atmósfera).


 


El cambio climático nos amenaza a todos, pero la amenaza es mayor para quienes dependen más de la naturaleza, ya sean los campesinos muy pobres -que si no llueve no tienen comida-, o las comunidades urbanas muy pobres -que usualmente están localizadas en terrenos marginales con más riesgo de inundación o deslizamientos-. Esto constituye una gran injusticia: los más pobres de nuestro planeta son quienes menos contribuyeron a la contaminación de la atmósfera, y sin embargo son quienes más están sufriendo las consecuencias de esa contaminación. Es imprescindible tender la mano para que quienes más sufren el cambio climático puedan adaptarse a las nuevas condiciones.


 


El clima de nuestro planeta siempre ha sido dinámico y cambiante, pero lo que está pasando ahora no tiene precedentes y tiene que ver con los cambios que nosotros los humanos estamos produciendo en la química atmosférica. En el pasado se dieron diversos  cambios en el clima por cuestiones naturales, como cambios en la órbita de nuestro planeta, o erupciones volcánicas. Ahora vemos que los cambios que estamos observando no pueden explicarse exclusivamente por causas naturales. También sabemos que durante más de un siglo hemos estado agregando dióxido de carbono y otros gases que llamamos "de efecto invernadero" (dejan pasar la luz del sol, pero retienen más calor en nuestra atmósfera).


 


Al cambiar las lluvias, cambia la disponibilidad de agua dulce en ríos, lagos y acuíferos. Ya estamos observando sequías persistentes que afectan el acceso a agua potable, no solamente en lugares muy pobres como Darfur, sino también en partes de Australia, Estados Unidos y España. Sabemos que estos eventos son cada vez más probables.


 


Las condiciones que llamamos 'tropicales' están expandiéndose geográficamente. Diversos insectos que contagian enfermedades pueden subsistir más lejos del ecuador, o a mayor altitud, en lugares donde la población no ha estado expuesta a esas enfermedades.


 


Hay dos tipos de medidas: 


- Por una parte podemos abordar las causas del cambio climático, y abocarnos a mitigar los cambios en la química atmosférica: nuestro aporte a la contaminación puede disminuir si reducimos el consumo de combustibles fósiles (usando menos el automóvil, comprando lamparitas y artefactos más eficientes, o promoviendo políticas públicas que promuevan energías renovables). 


- Por otra parte debemos abordar las consecuencias del cambio climático, y prepararnos para un clima que va a seguir empeorando: Como mínimo debemos formular planes para saber qué hacer en caso de desastres como sequías, inundaciones y olas de calor (tanto a nivel del hogar o la comunidad como a nivel nacional y regional). También debemos establecer mecanismos que promuevan la adaptación entre quienes son más vulnerables.


 


La Cruz Roja siempre ha trabajado en preparación y respuesta a desastres. Ahora que el clima está cambiando tenemos más trabajo... Por eso necesitamos concienciar y sensibilizar a la gente sobre el aumento en riesgo de desastres, y la necesidad de pensar y actuar distinto. Por ejemplo: los programas de salud en zonas urbanas de Europa necesitan incluir estrategias para ayudar a los más ancianos en caso de ola de calor, y los programas de seguridad alimentaria en Malawi deben tener en cuenta que las sequías se están tornando más frecuentes, por lo cual hay que ayudar a los campesinos a transformar sus prácticas agrarias, y los programas de agua y saneamiento en Mauritania deben tener en cuenta que las fuentes usuales de agua potable son cada vez menos confiables. La Cruz Roja Española está apoyando a muchísimas comunidades vulnerables en África a prepararse para el cambio climático.


 


El Centro del Clima ayuda al movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a comprender los riesgos asociados al clima, y a actuar en consecuencia. Nuestras áreas de trabajo incluyen sensibilización y comunicación, fortalecimiento de capacidades, apoyo operativo, movilización de recursos, análisis y políticas internacionales. Hemos producido videos y reportes que pueden ser útiles, no sólo para Cruz Roja Española, sino para toda la población española. Pueden encontrar más información en www.climatecentre.org.


 


Posiblemente no. Los témpanos como el que causó el hundimiento del Titanic se están derritiendo más rápido debido al calentamiento de las aguas del océano en el Ártico. Se estima que pronto los barcos podrán navegar desde el Atlántico hasta el Pacífico viajando a través de la región polar, que está perdiendo hielo a ritmos alarmantes. Para algunos sectores el cambio climático  puede ser una buena noticia, y para otros se trata de un problema esencialmente medioambiental. Pero para muchísima gente vulnerable la metáfora del hundimiento del Titanic está cada vez más cerca.   El cambio climático es un problema humanitario. La Cruz Roja se está preparando y adaptando para afrontar este nuevo desafío. 


 


 
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