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Todos, de una manera u otra ya notamos sus efectos. La emisión de gases y la deforestación son los principales causantes del calentamiento global que empieza a hacer peligrar nuestra forma de vida y que tiene una especial repercusión en el acceso al agua.
La climatología extrema sus reacciones, y tanto inundaciones como sequía son dos manifestaciones cada vez más comunes. En los últimos 20 años, los desastres naturales se han duplicado: lluvias torrenciales, huracanes, desertización… Las pruebas ya son más que evidentes cuando hasta ahora sólo ha aumentado medio grado la temperatura atmosférica, ¿qué pasará cuando lleguemos a sumar 6 grados, tal como prevén los científicos?
Grandes migraciones humanas consecuencia de la escasez de agua, poblaciones inundadas por el aumento del nivel del mar… Millones de seres humanos padeceremos las consecuencias, y, como siempre, los que más, las personas más desfavorecidas.
Estamos ante un reto humanitario, no sólo para Cruz Roja, sino para toda la comunidad internacional. Todos podemos hacer algo en nuestro día a día. A gran escala, además de luchar para frenar la tendencia de calentamiento, el reto es invertir en prevención de riesgos, como medida para reducir el impacto. Por cada dólar destinado a este concepto nos ahorraremos 4 cuando acontezca el desastre.
Para estudiar la evolución del problema en todo el mundo, Cruz Roja cuenta desde 2002 con un “Centro para el Cambio Climático”, con sede en La Haya (Holanda). Como ésta, todas las aportaciones a cualquier nivel son importantes, porque nos encontramos ante un reto universal. |
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