Devolver la normalidad lo antes posible

Nuestra intervención en emergencias busca restablecer lo antes posible unas condiciones de normalidad entre la población afectada. Para ello contamos con Unidades de Respuesta ante Emergencias (ERUs) que estandarizan las actuaciones ante grandes desastres y pueden desplazarse al lugar del suceso en 48 horas, con todo el equipo humano y material necesario par actuar. El aspecto del agua y saneamiento es uno de los más importantes en los casos de emergencia, por lo que habitualmente Cruz Roja despliega ERUs especializadas en este ámbito. Las cinco plantas potabilizadores de la ERU se distribuyen por la zona, para que todas las personas tengan lo más cerca posible un punto de agua. Estos dispositivos son capaces de proporcionar más de 20.000 litros a la hora de agua de calidad, bajo los criterios de la OMS.

Evitar que se propaguen enfermedades

Todo desastre tiene consecuencias graves en la población afectada, pero éstas aún pueden ser mucho peores con las complicaciones derivadas de las condiciones inadecuadas en que queda el saneamiento y el abastecimiento de agua. Por eso es tan importante abordar este ámbito desde el primer momento. Las enfermedades de tipo diarreico o transmitidas por vía fecal-oral encuentran en el lugar de la catástrofe un terreno propicio para su transmisión. En estos casos, nuestro objetivo es suministrar una cantidad adecuada de agua no contaminada, de calidad, potabilizada por nuestra ERU y crear las condiciones necesarias para reducir la propagación de las enfermedades, distribuyendo en muchas ocasiones kits de higiene y sensibilizando a las víctimas sobre este aspecto.

Garantizar la seguridad de mujeres y adolescentes

En la mayoría de situaciones de emergencia hay algo que suele repetirse: los que se encargan de conseguir agua son las mujeres y los niños. Se dan algunos casos, sobre todo en campos de refugiados y desplazados, que las instalaciones de agua y saneamiento donde deben acudir son colectivas, lugares donde las mujeres y las adolescentes que llevan a cabo esta tarea pueden quedar expuestas a la violencia sexual o la explotación. Por eso, un elemento a tener en cuenta en nuestra planificación es situar los puntos de agua lo más cerca posible de la población e implicar en los programas de abastecimiento de agua y saneamiento a las mujeres.

Contribuir a que sean fuertes como árboles

Los desastres están siendo cada año más frecuentes y extremos, y muchos de ellos tienen una relación directa con el agua. Acudir en ayuda de los afectados es necesario, pero no suficiente. Hay zonas más predispuestas a padecer este tipo de catástrofes que, si bien no podemos evitarlas, sí es posible trabajar para reducir sus consecuencias. En Cruz Roja lo estamos comprobando. Formamos a la población en preparación ante desastres, fortalecemos y capacitamos a la Sociedad Nacional, proponemos medidas que jugarán un papel importante en futuros desastres. Un buen ejemplo es Vietnam, cuya costa fue recientemente devastada por un huracán. Allí se han plantado manglares para proteger la orilla y los cultivos de los embates del mar. Una medida preventiva que ha supuesto un ahorro de 7 millones de dólares en mantenimiento de los diques.