8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres Cruz Roja Lugo
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Los últimos años están siendo protagonizados por las reivindicaciones y los logros en materia de igualdad de género. No obstante, la construcción de una sociedad en la que no exista la desigualdad, la discriminación, ni la violencia de género continúa siendo una tarea pendiente. La desigualdad persiste en todo el mundo, privando a mujeres y niñas de derechos y oportunidades fundamentales por el simple hecho de ser mujeres.
En el caso de las mujeres atendidas por Cruz Roja nos encontramos que más del 60 por ciento de las que se encuentran en edad activa, están en situación de desempleo y entre las que están trabajando, el 80 por ciento son trabajadoras pobres. Por otro lado, el 73,5 por ciento se encargan solas del trabajo doméstico y de crianza de los hijos e hijas. Por último, más del 92 por ciento de los hogares de las mujeres atendidas está en riesgo de pobreza y exclusión.
Cruz Roja articula una serie de respuestas para disminuir el impacto que esta desigualdad produce, a través de proyectos dirigidos a paliar situaciones de pobreza, mejorar la empleabilidad de las mujeres y favorecer mercados inclusivos, y prevenir y actuar ante la violencia de género, entre otras.
El 8 de marzo es una oportunidad para visibilizar la desigualdad, pero también para trabajar por la igualdad que requiere el esfuerzo y compromiso cotidiano de todas las personas, en el ámbito doméstico, laboral, familiar, social y político, entre otros.
La brecha de género entre mujeres y hombres es una realidad
En nuestro país, la brecha salarial se sitúa en torno al 30 por ciento (si se consideran los complementos) y se incrementa año tras año (Informe Brecha salarial y techo de cristal de Gestha). Según datos de la Encuesta de Población Activa, la brecha de desempleo estaba en 2017 en 3,37 puntos (tasa de desempleo femenino 19,03% vs desempleo masculino 15,66%). A pesar de la recuperación de la tasa de empleo, la brecha de género ha aumentado en relación al año anterior. El 89 por ciento del empleo de las mujeres se concentra en el sector servicios, el que detenta las mayores tasas de temporalidad y contratación a tiempo parcial. La brecha de las pensiones asciende al 37 por ciento. La desigualdad también se evidencia en el ámbito de los cuidados. Las mujeres dedican entre una y tres horas más que los hombres a las labores domésticas; entre 2 y 10 veces más de tiempo diario a la prestación de cuidados a hijos e hijas o personas mayores dependientes (Datos ONU Mujeres). El extremo más visible de la desigualdad es la violencia de género.
Cruz Roja como organización humanitaria que trabaja con personas vulnerables, está en contacto directo con esta realidad. Las mujeres son, en mayor grado, víctimas de la pobreza y la vulnerabilidad social y los riesgos de discriminación, exclusión social y violencia que afrontan son el resultado de un sistema desigual.