Aunque es doloroso cuando conoces la situación de cerca, quizá tenemos más asumido que multitud de personas en América y Europa ni tan siquiera han oído hablar de la terrible crisis de Darfur. Pero aceptar que la propia Jartum, capital sudanesa, y sus habitantes viven de espaldas a este conflicto nos impacta y desespera. Cuando entramos en Jartum provenientes de los campos, parece que el problema se ha quedado por el camino. No se respira nada parecido a la guerra en esta ciudad de tráfico caótico y un enjambre de parabólicas en sus edificios. Se ve que estas antenas no recogen las noticias de lo que pasa al oeste del mismo país. Nosotros tenemos que dar testimonio de las millones de víctimas.
|