Marisa, voluntaria medioambiental de Aranda de Duero, está entusiasmada con las variadas ocupaciones que desempeña dentro del proyecto de Cruz Roja “Moviéndonos por el Río”. Ella y sus compañeros han hecho de todo, desde analizar la calidad del agua de los tres ríos de su localidad hasta estudiar las hojas de los árboles, pasando por limpiar los cauces, plantar árboles o construir casas para pájaros. A estas alturas, todo el grupo está concienciado hasta la médula. Incluso en la hora del bocadillo, nadie lleva envases para no generar residuos. Llegó al proyecto arrastrada por sus hijas y, a parte de la satisfacción de ver cómo pueden cambiarse las cosas con acciones simples, esta actividad le ha proporcionado la ocasión de compartir con sus hijas muchas experiencias y complicidades. Con ellas y con el resto de voluntarios y voluntarias: “-Colombianos, keniatas, senegaleses, burgaleses… Trabajamos codo con codo. Es genial-“. De profesiones, edades y nacionalidades dispares, todos unidos para conocer y recuperar el entorno natural.
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